Una de las experiencias más duras que han vivido las cadenas de suministro en los tiempos recientes ha sido el impacto del COVID-19; la pandemia las puso a prueba de una forma que no se podía prever y claramente mostró los grandes aciertos y los gravísimos errores que las empresas habían cometido en ellas.
Con las fronteras cerradas a la entrada de viajeros internacionales, la suspensión parcial o total de operaciones en vías de comunicación como aeropuertos y carreteras, y otras restricciones de la movilidad para diferentes industrias, muchas empresas se enfrentaron a una importante disminución de respuesta inmediata, largas demoras por parte de proveedores y socios logísticos, sin mencionar el impacto negativo en su estructura financiera que amenazó la posición competitiva e incluso la supervivencia.
Estas tensiones revelaron la fragilidad de las cadenas de suministro modernas y reforzaron la necesidad de prepararse para futuras interrupciones con un enfoque resiliente y flexible que asegure la continuidad del negocio. A medida que surgen nuevos desafíos, las organizaciones deben ajustar su capacidad de adaptación para adelantarse a los riesgos que se avecinan, así como a la volatilidad cotidiana.
Las empresas resilientes deben considerar imaginar cualquier combinación de escenarios con una visión prospectiva de los riesgos y oportunidades a través de la simulación. Ejecutando una estrategia de mantenimiento predictivo y un plan de contingencia flexible, es posible optimizar y reducir el tiempo de inactividad, lo que redunda en beneficio para todos los involucrados: proveedores, clientes y consumidores.
Sin embargo, esta implementación en el suministro va más allá de producir, enviar y entregar, existen ciertas condiciones que son necesarias para garantizar el resultado final:
- Contar con la infraestructura adecuada.
- Ofrecer soluciones innovadoras.
- Cubrir exigencias al 100% para dar un servicio eficiente y competitivo.
- Establecer canales de comunicación adecuados.
- Hacer frente a cambios imprevistos en la demanda, oferta u otras condiciones.
Las organizaciones ahora necesitan ofrecer sostenibilidad, transparencia y resiliencia simultáneamente. Además de tener una madurez tecnológica y digital para afrontar los cambios con estabilidad y agilidad para garantizar el flujo de mercancías en sus mercados.
Los consumidores esperan productos personalizados y hacer compras más rápidas y seguras, pero también, están cada vez más atraídos por marcas y servicios que incluyen a la sostenibilidad como un valor a tener en cuenta. La cadena de suministro, en consecuencia, debe garantizar las expectativas de los clientes, con una oferta instantánea de hiperpersonalización a través de una variedad de canales de venta y una gama creciente de habilitadores digitales.
El avance tecnológico es un claro registro de las posibilidades que tienen los consumidores de conseguir productos de cualquier lugar del mundo. La inteligencia artificial, el Internet de las cosas o el Big Data son conceptos cada vez más familiarizados con la logística y el transporte, se trata de las iniciativas más importantes que prometen alinear la oferta y la demanda de manera óptima.
En el marco de unas operaciones cada vez más sofisticadas, efectivamente la operación logística ha ido avanzando, y esto lo ha logrado con base en tres componentes. La flexibilidad que tiene para entregar correctamente lo que el cliente quiere, la respuesta en tiempo real a los cambios del mercado y la cercanía con el cliente y sus preferencias.
Las tecnologías de la industria 4.0 están acá, ya existen y están transformando al mundo. La integración de esta transformación digital dentro de las operaciones de la cadena de suministro se está convirtiendo en una prioridad creciente para los líderes de negocio globales.
Por ello, será muy importante considerar el desarrollo e implementación de nuevas herramientas, desde software y hardware que automaticen el trabajo en los almacenes y centros de distribución, manteniendo la productividad y protegiendo la salud de los trabajadores, hasta entregas más rápidas y simplificadas para los usuarios.
El gran reto será preparar a las plantillas logísticas para el futuro mediante formación y especialización en cultivar un impacto positivo social, ambiental y económico, con transparencia y credibilidad para todas las partes involucradas que participan en llevar productos y servicios al mercado.
Ahora más que nunca, es necesario un nuevo paradigma de resiliencia competitiva para que las empresas puedan rediseñar sus cadenas de suministro a largo plazo sin volver a sus prácticas previas a la pandemia. Fortalecer la infraestructura operativa -que incluye equipo, instalaciones, tecnología y recursos humanos- seguirá siendo importante para dar un servicio de excelencia a todos los consumidores en tiempo y forma sin importar en dónde se origine una solicitud.
Los desafíos actuales requieren nuevos modelos que permitan reconocer que ya nada está escrito, y que los supuestos que anteriormente fueron exitosos, ahora podrían estar totalmente obsoletos. Al final, tenemos que darnos cuenta de que las Cadenas Eficientes se traducen en Empresas Invencibles.
Antonio Arranz actualmente es CEO de DHL Express México.
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