El boom del nearshoring que ha puesto a México en la mira de las compañías asiáticas para relocalizar sus plantas de producción parece no ser suficiente para que sea considerado como uno de los 25 países más atractivos para la inversión extranjera. ¿Por qué?, ¿qué nos falta?
Recientemente, la consultora Kearney dio a conocer el Índice de Confianza de la Inversión Extranjera Directa 2023, en donde se establece que México quedó fuera del ranking de los 25 países más atractivos para invertir, por cuarto año consecutivo.
Esto hace que nos preguntemos: ¿No es suficiente que México sea un foco de atracción en las cadenas globales de valor, tal y como lo señaló en 2022 el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)?
En julio del año pasado, ese organismo expresó su apoyo al Gobierno federal para el fomento de la recolocación de las empresas y la reconfiguración de las cadenas globales de valor a fin de detonar nuevas inversiones. Incluso, señaló que, en México, como en ningún otro país, existía una oportunidad mayor para atraer inversiones gracias a su localización geográfica, su pertenencia al T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá), y a su abundante talento humano y complejidad productiva.
En noviembre de 2022, la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, informó que más de 400 empresas de América del Norte tenían la intención de hacer un proceso de relocalización de Asia a México. Aunado a esto, con el reciente anuncio de la inversión de Tesla por 10 mil millones de dólares en las dos plantas que fundará en Nuevo León, se podría pensar que el país estaba en un alto nivel de confianza y de certidumbre para la inversión. Pero no es así.
Entre las principales causas que Kearney enlista del porqué México no está dentro de ese ranking destacan la inestabilidad política, la delincuencia y la violencia, así como las preocupaciones sobre las políticas económicas del gobierno actual.
Lo anterior son factores de peso para el inversionista extranjero. Los problemas de inseguridad que ha vivido el país en sus diferentes niveles tanto industriales, empresariales, sociales y turísticos, por mencionar algunos, son decisivos de cómo nos ve el mundo y las principales economías, como por ejemplo la estadounidense que ante cualquier connato de violencia en México emite alertas a sus connacionales para que se abstengan de visitar cualquier lugar de suelo azteca.
La percepción es una razón muy fuerte en cualquier esfera económica, social y política, y es así como nos percibe el inversionista extranjero. Kearney revela que su informe no se basa en datos económicos y financieros, sino en la percepción subjetiva de los ejecutivos encuestados sobre los países que son atractivos para la inversión extranjera.
Otro de los factores de riesgo que ven los inversionistas extranjeros son las tensiones geopolíticas. Por citar un ejemplo, la controversia que inició en julio de 2022 entre Estados Unidos y México en materia energética -y que actualmente prevalece- entorpece las relaciones comerciales entre ambos países, pues el gobierno estadounidense expresó su reclamo a nuestro país por considerar que la política energética del actual presidente Andrés Manuel López Obrador violaba los compromisos firmados dentro del T-MEC.
¿En qué se debe trabajar para incrementar ese índice de confianza? La consultora asegura que México sí muestra un alto potencial para crecer en el mercado de Norteamérica, pero le falta impulsar más los niveles de inversión respecto al Producto Interno Bruto (PIB) por encima del 22% y con un plan de inversión en infraestructura productiva.
Además, Kearney afirma que para aprovechar el nearshoring y la atracción de inversión extranjera directa es preciso trabajar en energías limpias, capacitar a la población en nuevas tecnologías y en temas de movilidad y seguridad.
Consideramos que otros elementos claves que pueden ayudar a que México se ubique dentro de este ranking de los 25 más atractivos son en, primera instancia, procurar la estabilidad política y financiera, tanto interna como externa; brindar certidumbre desde la esfera del Poder Ejecutivo y mantener relaciones comerciales y diplomáticas sanas con nuestros principales socios comerciales.
El fomento a la innovación, la inversión en infraestructura logística, generar mayor capacidad de suministro eléctrico y de agua, así como el incremento de los niveles de seguridad son fundamentales para mejorar el ambiente de negocios y recobrar la confianza no solo de las compañías inversionistas extranjeras y nacionales, sino también del ciudadano.
México debe aprovechar la reconfiguración actual de las cadenas de suministros globales, su posición geográfica privilegiada, la fortaleza de su industria manufacturera en transporte, dispositivos mecánicos/eléctricos y maquinaria, el conflicto comercial que mantiene Estados Unidos con China sobre la imposición de aranceles a los componentes de origen chino, entre otros, para realmente ser el principal centro del desarrollo del nearshoring.
Si el país quiere ser considerado como una nación confiable para la inversión debe asumir su liderazgo como una de las economías más importantes a nivel regional. Las cadenas de suministro regionales llegaron para quedarse y ahí México debe asegurar su lugar, trabajar en su consolidación y sacar el mejor provecho, ¿no lo cree así estimado lector?
Te invito a leer mi columna anterior: Tesla en México, ¿y ahora qué sigue?
Diego Sahagún es especialista en comercio exterior, logística internacional, administración logística, cadena de suministro y análisis financiero. Actualmente se desempeña como Joint CEO de Aduaeasy.
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