La economía mexicana en los últimos 40 años ha presentado diversos episodios de crisis económicas, sin embargo, la crisis derivada de la pandemia por COVID-19, ha representado la mayor caída económica hasta el momento, dejando una huella sin precedentes, afectando a los sectores económicos más importantes del país, como la industria manufacturera, comercio, construcción y transporte por mencionar algunos, pero los resultados y las perspectivas de recuperación apuntan a que esta será más rápida de lo que se intuía a principios de la emergencia sanitaria.
La revisión de las cifras históricas del PIB nacional muestra un panorama desigual en las afectaciones ocasionadas por esta crisis; comparativamente, la economía mexicana presenta un crecimiento con respecto a 2019 de 1.9% en las actividades primarias, -10% en las actividades secundarias y -7.7% en las actividades terciarias; mostrando que las actividades secundarias fueron las más afectadas, seguidas de las actividades terciarias.
En específico, las actividades del sector secundario más afectadas fueron la construcción y la industria manufacturera, mientras que las actividades del sector servicios que más sufrieron el impacto fueron las de esparcimiento culturales y deportivos, servicios de alojamiento temporal y preparación de alimentos y bebidas y, finalmente, transportes, correos y almacenamiento; las cifras del tercer trimestre (que fue el más crítico en términos de cierres de actividades) revelan que los servicios de esparcimiento y alojamiento vieron reducidas sus actividades en un 60%, mientras que transportes, correos y almacenamiento un 24%; por su parte, la construcción vio reducidas sus actividades en promedio en un 17% respecto al mismo trimestre del 2019, sin embargo las cifras del cierre del año 2020 revelan una recuperación parcial de estas caídas.
Si bien el impacto que dejó el confinamiento en la economía nacional y mundial es significativo, este fue menor al pronosticado por las diferentes instituciones económicas y financieras, principalmente por la respuesta de las economías en cada una de las fases de confinamiento y cierre.
El paso de la pandemia en México fue cambiando las estimaciones de crecimiento económico y hasta el momento influyen en las expectativas para el año 2021.
En el seguimiento a estas proyecciones, desde comienzos de la pandemia se observa que el tamaño previsto de los efectos se fue adaptando al comportamiento de los nuevos casos y, por otro lado, a la respuesta de la economía a las medidas sanitarias, restricciones a la movilidad y la llamada nueva normalidad.
Los datos de las expectativas de crecimiento muestran que antes de la aparición del primer caso de COVID-19 en México, el crecimiento esperado de la economía mexicana en 2020 era en promedio de 1.1%; sin embargo, estas mismas instituciones, en el mes de julio con la primera ola de la pandemia, proyectaban un impacto en promedio de -8.6% con mínimos del -10.5% para finales del año, en el mes de octubre, con la segunda ola y las nuevas medidas de confinamiento impuestas debido al incremento del número de casos, las cifras que se proyectaban eran en promedio del -9.7% siendo el más bajo un -10.8 por ciento.
A principios del año 2021 se dio a conocer finalmente los resultados del PIB, publicado por el Inegi, el cual fue de – 8.2%, lo que mostró una mejor respuesta de la esperada pese a las medidas de restricción y cierre de actividades, influyendo en las proyecciones del mes de abril del presente año realizadas para 2021 y 2022. Si bien no se proyecta una recuperación total, el impulso esperado permitirá un retorno muy cercano al volumen de producción que se tenía antes de la pandemia.
La economía mexicana ha demostrado ser resiliente ante esta crisis, mostrando una recuperación más rápida a la esperada por diversas instituciones financieras que, de presentarse, daría oportunidad a que la producción alcance niveles muy cercanos a los prepandémicos. Uno de los factores de los que dependerá la recuperación de las actividades, sin duda, es la fecha de la inmunidad de la población, sujeta al éxito de la campaña de vacunación y de la disponibilidad de dosis suficientes.
La evolución del comercio exterior y la recuperación de la economía de Estados Unidos impulsará la demanda de manufacturas, mientras que los servicios de esparcimiento y alojamiento se reactivarán principalmente en virtud del crecimiento del empleo y el poder adquisitivo de la población.
En esta Columna Invitada colaboraron Margarita Luna, Elizabeth Martínez y Dulce Rubí Baizabal, consultoras en Cal y Mayor.
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