El vicealmirante Ricardo Carreón Navarro, director general de Construcción Naval de la Marina Armada, se presentó muy orondo en el astillero que Petróleos Mexicanos tiene en el puerto de Tampico, para anunciar a su personal que el próximo 31 de julio pasarán a formar parte de la Secretaría de Marina Armada de México. Así, directo y sin anestesia, los confundidos 900 trabajadores recibieron el balde de agua fría sin la presencia de delegado sindical alguno que aclarara todas las dudas que al momento les surgieron sobre la suerte que habrán de correr en los próximos días.
Eso sí, ayer se enteraron en voz de Carreón Navarro que la labor que han venido haciendo en el astillero desde hace años “es de seguridad nacional”, porque ellos le dan mantenimiento a la flota mediana y mayor de Pemex para el abasto de combustibles y transporte de materias primas.
Además, en tono cuasi empresarial, invitó a quienes se queden y pasen a formar parte de la Semar a un trabajo de mantenimiento mayor a las instalaciones del astillero para mejorarlas. “Tenemos que meter barcos de mayor porte para que ingresen recursos y poder ir empezando con las grúas y las herramientas que les vamos a dar”.
Y todo esto ocurre en momentos en que se está negociando entre el sindicato y Pemex el nuevo contrato colectivo de trabajo. Y la pregunta que muchos se hacen es: ¿Y dónde empieza y termina la seguridad nacional?
La inseguridad en carreteras no cesa
La inseguridad en las carreteras, dígase lo que se diga, sigue avanzando. Para prueba, los resultados de la reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía correspondiente al segundo trimestre, en la cual el espacio de las carreteras nacionales ocupa el quinto lugar entre los espacios públicos donde la percepción de inseguridad es mayor entre los encuestados, adultos mayores de 18 años. De marzo a junio esta posición avanzó del 50% al 51.6 por ciento.
Entre las malas noticias para las empresas de logística y de transporte es también que dos de las ciudades más importantes para el cruce de mercancías a los Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, destacaron por ser las líderes en el aumento de la percepción de inseguridad. Estamos hablando de Nuevo Laredo, que pasó de un trimestre a otro de 54.8 a 73.4% con los eventos delictivos que trascendieron a las noticias a nivel nacional entre abril y junio. La segunda fue Reynosa, que de un 72.7 escaló hasta un altísimo 84.4%, para ubicarse apenas siete escalones debajo entre las ciudades más inseguras que encabeza Fresnillo, Zacatecas.
Una vez más, con estadísticas creadas por un instituto oficial, se demuestra que la estrategia de seguridad nacional en la autodenominada Cuarta Transformación no ha funcionado con aquello de dar abrazos y no balazos.
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