Para bien o para mal, la Categoría 1 a la aviación mexicana por parte de la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos podría seguir esperando luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) admitiera las impugnaciones a las reformas de las leyes Orgánica de la Administración Pública Federal, Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicana, de Aeropuertos y de Aviación Civil.
Como seguramente usted lector recordará, el 29 de abril pasado en sesiones fast track senadores de Morena y partidos aliados, sin la participación de legisladores de oposición, aprobaron en sesión sin revisiones ni modificaciones, sendas reformas a estas leyes promovidas por el Ejecutivo, que entre otras cosas impulsaron traspasar la Protección del Espacio Aéreo Mexicano a la Secretaría de la Defensa y el control de la aeronavegación. La constitucionalidad de ese proceso ha sido cuestionada jurídicamente por legisladores del PAN, PRD, PRI y senadores independientes, ante la SCJN.
El ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena fue quien admitió dos acciones de inconstitucionalidad de los legisladores de oposición. Ahora se revisará si la forma en que se realizaron dichas modificaciones de ley estuvo apegada al marco constitucional; y si no, deberán de revertirse y volver a andar el camino con apego a la Constitución Política Mexicana, lo cual se llevaría de corbata los ajustes normativos necesarios para recuperar la Categoría 1 con las autoridades aéreas del vecino del norte.
De ser así, la recuperación de la categoría perdida muy posiblemente tenga que esperar a otro momento. Bien dicen que quien hace mal las cosas, trabaja dos veces.
Naufragando con Pemex
Varias son las empresas navieras off shore que nomás no ven si aguantarán, sin antes zozobrar, a que Petróleos Mexicanos (Pemex) les pague el cuantioso adeudo que acumula con ellas. Muchas acusan estar, literalmente, viviendo por debajo de su línea de flotación, y no tienen fecha promesa de pago que les dé alguna seguridad de ver tierra o llegar a buen puerto.
Eso sí, la exigencia en el cumplimiento de los contratos por parte de los proveedores es igual a la de un patrón que se siente estar al corriente en los pagos. Lo que también suma a la preocupación de los empresarios marítimos son las degradaciones recientes de las calificadoras de deuda (Fitch, Moody´s) a la paraestatal que representa “el rescate de la soberanía nacional”, porque la situación financiera de la petrolera más endeudada del mundo (más de 107 mil millones de dólares) se sigue complicando.
No sólo eso. La producción de la paraestatal sigue hacia abajo y las pérdidas de dinero prácticamente están en todas las áreas productivas, los accidentes catastróficos no paran. El gigante con pies de barro sólo tiene en el Gobierno federal a su salvavidas y no está claro qué tan pronto le puede lanzar el próximo que le dé un poco de aire para sacar a flote a algunos proveedores que están en el mismo barco.
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