Desde hace poco más de tres meses los puertos mexicanos han experimentado diversas complejidades que han derivado en retrasos en las entradas y salidas de las mercancías.
Puntualmente para las operaciones de la industria automotriz los puertos de Veracruz, Tuxpan, Altamira y Lázaro Cárdenas son los que principalmente se han visto afectados, lo que ya está impactando al sector automotor. Según estimaciones de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) la situación ha afectado entre 15 y 20 mil vehículos de exportación.
A la fecha Lázaro Cárdenas ha superado a Veracruz como el principal puerto para la importación de vehículos, por eso es el que mayores afectaciones ha tenido. En su último reporte el puerto señaló que las importaciones de carga automotriz ascendieron a 184 mil 598 unidades durante mayo, un 31% más que el año pasado. A su vez las exportaciones aumentaron un 27% vs. 2022, al embarcarse 113 mil 167 unidades.
“Hay una serie de situaciones que se están presentando en los puertos que están mermando la posibilidad de una actividad más fluida en las operaciones de comercio exterior. Como industria nos hemos estado acercando a la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) y a la Secretaría de Marina (Semar), para hacerles ver que se están generando costos importantes para las empresas (derivado de los retrasos)”, aseguró Odracir Barquera, director General de la AMIA, durante la conferencia mensual de la industria automotriz.
Los retrasos en los puertos son atribuidos a diversos temas, por ejemplo, la saturación portuaria, el mal funcionamiento de los rayos gama, además de que no se está permitiendo el “burrreo” (movilizar los autos por impulso propio ante la falta de madrinas).
Si bien, aún no hay cifras concretas, pues la AMIA se encuentra en fase de análisis de los costos y las implicaciones que esto tiene, Barquera fue claro: “estamos en una situación complicada”, dijo.
Paralelamente, Barquera también atribuye la situación a la curva de aprendizaje derivada de los cambios institucionales al interior de la ANAM, en este sentido, destacó que la industria está abierta a establecer redes de colaboración con las diferentes autoridades porque la circunstancia está afectando de manera importante la capacidad de exportación, pero también para el internamiento de vehículos al mercado doméstico, provenientes principalmente de mercados asiáticos.
“En algunos puertos tenemos vehículos estacionados que no pueden salir, esto ha generado costos significativos de cientos de miles de dólares”, indicó el director general de la AMIA.
“Si tomamos en cuenta que, de los más de 600 mil vehículos que se han vendido en el año, el 65.6% corresponde a vehículos importados, podemos tener un panorama de la relevancia que tiene el poder resolver los problemas operativos y de logística (que se origina en los puertos)”, comentó Guillermo Rosales, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), durante el mismo encuentro.
Puntualmente para los socios de la AMDA la situación retrasa la llegada de los vehículos a las distribuidoras, lo que representa una extensión en los periodos de entrega a los clientes, por tanto, no se registran las ventas en los periodos que corresponden.
“Esto afecta al comportamiento de las ventas de algunas marcas, pues en un mes podría haber una disminución en las ventas y en otro un mayor dinamismo, esto corresponde a la descoordinación que existe en la recepción de vehículos en los puertos”, indicó Rosales en entrevista para T21.
El presidente ejecutivo de la AMDA compartió que existe “buena actitud por parte de los funcionarios de la administración pública (para dar solución al problema), pero no se trata de disposición, sino de resultados y estos no están siendo lo suficientemente eficientes”, puntualizó para T21.
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