Tener las piezas de refaccionamiento en el momento y lugar adecuado es fundamental para los proveedores de vehículos de carga. Para atender la demanda continua de refacciones la clave es la administración de la solicitudes, conocer los productos y a los proveedores, así como a toda la cadena de suministro.
Igualmente importante es contar con un equipo capacitado para llevar a cabo la planeación de los pedidos basada en la demanda y los tiempos de entrega de cada proveedor.
“Son muchas variables que entran en juego para poder planear de forma adecuada y tener lo que se necesita cuando se requiere, puesto que es cierto que la cadena de suministro se vio muy afectada durante la pandemia y ha costado trabajo la recuperación. En el caso de Volvo la estrategia fue invertir y hacer cambios de fuentes de abasto y de materiales, de tal manera que nos pudiéramos adaptar a la situación y conseguir las partes lo más pronto posible, para tener la disponibilidad”, detalló en entrevista para T21 Diana Romero, gerente de Supply Planning Backorder Recovery y Dealer Inventory Management en México de Volvo Trucks.
A la fecha, Volvo suministra a su Centro de Distribución de Partes de Toluca refacciones provenientes de Europa, Sudamérica, Norteamérica y Asia.
En el primer caso llegan mayoritariamente al puerto de Veracruz, mientras que cuando se trata de importaciones provenientes de Asia arriban al puerto de Manzanillo y las piezas que llegan de Norteamérica entran de manera terrestre por Laredo. Incluso algunas piezas críticas son enviadas vía aérea desde Brasil.
“En el caso del recorrido de Europa a Veracruz toma 28 días aproximadamente, de ahí a Toluca son cinco días más, con base en esto es como nosotros calculamos y damos un tiempo estimado a los distribuidores de cuando pueden tener el material, porque esta información es valiosa para ellos, ya que comprometen la entrega de las piezas con el cliente final”, compartió en entrevista Karina Velázquez, gerente de Servicio a Clientes y Transporte de Volvo.
Velázquez compartió que, en el caso del puerto de Veracruz, Volvo tiene liberaciones con periodicidad semanal o quincenal, dependiendo de la demanda y de lo que se esté moviendo. Por otra parte, en el puerto de Manzanillo la operación es menos regular porque el volumen es bajo.
Las decisiones de dónde es más viable traer las piezas y en qué tipo de transporte se toman con base en la colocación de las órdenes de los distribuidores. “Hay órdenes de stock que no tienen una urgencia y es para reabastecimiento, entonces estas las movemos a través de rutas dedicadas”, dijo.
A su vez las órdenes de emergencia que tienen una alta criticidad son enviadas por paquetería, “esta decisión se toma con base en el tiempo de tránsito que se adecúa a la necesidad del cliente final, que es quien nos marca la pauta”, indicó Velázquez.
Comenta y síguenos en Twitter: @Liznomas / @GrupoT21