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A raíz de que la Comisión Europea publicara la propuesta para la introducción de la nueva normativa de emisiones Euro 7, que busca disminuir aún más las emisiones contaminantes tanto para vehículos ligeros como pesados, la Organización internacional para el transporte por carretera (IRU), externó su preocupación ante la severidad de la norma y su posible complejidad para cumplirla.
La nueva normativa Euro 7 pone el foco en la disminución de óxidos de nitrógeno (NOx), monóxido de carbono (CO), partículas, hidrocarburos, metano, amoníaco, formaldehído y el óxido nitroso, además sería el primer estándar a nivel global que regule las partículas ultrafinas (hasta 10 nanómetros), las partículas de los frenos y la duración de la batería.
A pesar de los evidentes beneficios de la normativa, a la IRU le resulta preocupante que su rigurosidad requiera, en ciertos casos, un rediseño completo de los vehículos, con el consecuente incremento de costos. “Atraería serias implicaciones de costos que son completamente desproporcionadas con respecto a los beneficios reales”, compartió.
“Si la propuesta Euro 7 no logra el equilibrio adecuado entre el rigor de las reglas, los costos asociados y los beneficios ambientales adicionales, podría desincentivar y eventualmente disuadir a los fabricantes de desarrollar nuevas tecnologías o desalentar a los operadores de comprarlos. Esto no ayudará a poner más vehículos más limpios en la carretera”, declaró Raluca Marian, director de Defensa de la Unión Europea de la IRU.
La fecha fijada para la entrada en vigor del nuevo Reglamento es el 1 de julio de 2025 para los vehículos ligeros nuevos (vanes) y el 1 de julio de 2027 para los vehículos pesados nuevos (camiones y autobuses).
La IRU también se refirió a la inclusión de componentes como neumáticos y frenos en la norma Euro 7, que según la Comisión Europea están en camino de convertirse en las principales fuentes de emisiones de partículas de los vehículos. Para el organismo, la propuesta carece de claridad sobre la interacción entre los componentes principales, como el motor y los neumáticos y los frenos, para que un vehículo sea clasificado como Euro 7.
Raluca Marian se cuestionó al respecto, “¿podría un operador de transporte comprar un vehículo Euro 7 y un año después el vehículo ya no se considera un vehículo Euro 7 porque los neumáticos gastados se han sustituido por neumáticos de una calidad diferente? ¿Significaría esto que un vehículo ya no puede ingresar a una zona urbana de bajas emisiones debido al desgaste de algunas partes?”.
En este contexto aclaró que las empresas requieren de seguridad jurídica para realizar las inversiones correspondientes.
Claves de la norma Euro 7
La Comisión Europea delineó que hacia 2035 con Euro 7 se reducirá las emisiones de NOx de automóviles y vanes en un 35% en comparación con Euro 6, y en un 56% para autobuses y camiones. Al mismo tiempo, se reducirán un 13% las partículas del tubo de escape de las vanes y un 39% las de autobuses y camiones.
Además, estas normas son neutrales en cuanto a tecnología y combustible, lo que significa que se aplican los mismos límites de emisión a todos los vehículos de la misma categoría, independientemente de la tecnología (motor de combustión interna convencional, híbrido, eléctrico) o el combustible utilizado (gasolina, diésel u otros). También se aplican a los vehículos cero emisiones de CO2 (vehículos eléctricos o de pila de combustible).
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