Los retos para la implementación en México de nuevas tecnologías en vehículos más amigables con el medio ambiente son diversos, desde la infraestructura energética disponible, pasando por la nula existencia de incentivos verdes para vehículos de carga y la no homologación de reconocimiento de vehículos híbridos y sus consecuentes beneficios.
“En temas de infraestructura eléctrica el desafío es la necesidad de disponibilidad estratégica de puntos de recarga, actualmente existen 36 electrolineras con 50 kilowatts/hora y sólo 11 son accesibles para vehículos pesados en términos de tamaño y altura. Si comparamos una electrolinera contra 65 estaciones de gas natural vehicular contra 9 mil 273 estaciones de recarga de diésel, estamos hablando de una diferencia enorme”, compartió en entrevista Miguel Elizalde, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT).
Si bien en vehículos pesados de carga es complejo, no lo es tanto en vehículos de pasajeros, puesto que la recarga es más fácil porque hay disponibilidad en varios lugares. “Para vehículos pesados se tiene que hacer prácticamente autoabasto, es decir, los transportistas deben tener un patio en donde se puedan cargar varias unidades; esto implica tener contacto con la Comisión Federal de Electricidad para lograrlo”, expuso.
Otra variable importante es el tiempo de recarga, a diferencia del diésel que toma alrededor de 15 minutos llenar un tanque de un camión, en el eléctrico -en carga rápida- requiere cuatro horas. “Necesitaríamos al menos 160 mil electrolineras para atender la demanda y no es la solución más viable, por eso se debe apostar al autoabasto, pero esto demanda una estrategia correcta, en donde tienen que participar autoridades, iniciativa privada y academia”, dijo.
De lo contrario se corre el riesgo de generar una mayor brecha en el mercado nacional, entre los vehículos más limpios con las empresas más consolidadas y los vehículos más antiguos con el sector más atomizado.
Por ende, es muy importante la política pública para no generar una mayor brecha entre los que sí pueden adquirir estas unidades y los que no.
“Por supuesto queremos vehículos cero emisiones, pero no es lo mismo hablar en México y tal vez en Latinoamérica de electromovilidad y de reducir emisiones, ligado a los presupuestos acotados que tenemos y la edad tan antigua de la flota que ronda los 19 años de antigüedad”, explicó Elizalde.
La estrategia para reducir emisiones podría estar en la inversión relocalizada, “el tema es en dónde vas a invertir como empresa para obtener tu máximo rendimiento, puedes tener alguna otra tecnología muy limpia, tal vez no cero emisiones, pero que vaya a ayudar a reducir estas emisiones y ser económicamente rentable porque es un vehículo comercial, no es lo mismo una decisión personal de un vehículo ligero”, reveló.
Igualmente apremiante es la homologación de reconocimiento de vehículos híbridos, Elizalde ejemplificó el caso de Ciudad de México en la que no se reconocen los vehículos diésel-eléctricos, caso contrario en su vecino el Estado de México.
“Se nos hace un poco incongruente que vehículos a los que se les dan incentivos para circulación en Japón o California, en la Ciudad de México no se les otorguen”, compartió.
Grupo T21 estará presente esta semana en Expo Transporte (5, 6 y 7 de octubre), desde la ciudad de Puebla, reportando todos los avances y nuevas tecnologías relacionadas con el sector del autotransporte en México.