Dependiendo de los países, la profesionalización de la planificación estratégica comenzó a implementarse en las empresas y organizaciones en la década de los ochenta, si bien y como es lógico se empezó por las oficinas centrales (HQ), pasando a continuación a las unidades de negocios, países, categorías regionales de productos y servicios y por último a los procesos principales de negocios (Marcas y Marketing, Clientes y Canales y Cadena de Suministro).
En mi caso tuve la experiencia de participar en el desarrollo del proceso de planificación estratégica en una multinacional de productos de consumo de alta rotación (FMCG), en sus apartados de País, Categoría Regional de Productos y en el proceso local de la Cadena de Suministro y sus Operaciones Logísticas.
Por aquel entonces no teníamos a nivel local ningún director de estrategia, por lo que nos apoyamos en la metodología HAX, con la ayuda de algún consultor con experiencia.
En mi opinión esta situación es común a la mayoría de empresas, pero cuando particularizamos en el proceso local de negocios de la cadena de suministro y en sus procesos principales (planificar, abastecer, fabricar y distribuir), la situación es peor, porque esa mayoría de empresas no tiene implementada estrategia alguna para estos procesos tan importantes para la buena marcha del negocio local.
Toda esta larga introducción viene al caso porque recientemente el Instituto de Investigación de unas las grandes consultoras especializada en Cadena de Suministro nos advierte de que el 75% de las compañías debe reformular o implementar nuevas estrategias logísticas en el corto o medio plazo.
¿Y esto por qué? Básicamente y en términos generales, por la incertidumbre en la actual crisis económica desarrollada por la pandemia de la COVID-19. Este entorno impredecible es a todas luces incompatible con las estrategias realizadas hace algún tiempo del proceso de cadena de suministro y de sus operaciones logísticas o por lo que es peor aún, no tener ninguna estrategia puesta en marcha para estos procesos.
Esta crisis ha puesto el foco en las cadenas de suministros de la mayoría de los sectores económicos, automoción, productos de consumo, gran distribución, entre otros, donde la mayoría de las empresas de estos sectores tuvieron interrupciones en sus cadenas de suministro y sus operaciones logísticas tardaron bastante en recuperarse de la discontinuidad y poder alcanzar una cierta normalidad en los niveles de servicios, a pesar de haber incrementados sus costes logísticos.
Por todo esto, los expertos y las compañías de consultoría recomiendan con firmeza una revisión de las estrategias y una nueva puesta en marchas de las mismas al menos en sus apartados de país/región y del proceso de negocio de su cadena de suministro y de sus operaciones logísticas, en varios procesos o áreas principales siguientes:
En primer lugar, revisar la política de “offshoring” o deslocalización, en el sentido de invertir en regionalizar o localizar sus activos productivos o base de proveedores (proceso de abastecimiento) a países más cercanos a sus operaciones comerciales.
En segundo lugar, actualizar el (proceso de planificación), en concreto la planificación de la demanda y la gestión de inventarios, porque la mayoría de las empresas no ha podido cubrir todos los pedidos de sus clientes, en particular aquellos de comercio electrónico.
Afortunadamente hoy en día podemos recurrir a la tecnología aplicada a la logística de la gestión de datos y su análisis predictivo y la inteligencia artificial, así como segmentar a los clientes y canales por su valor añadido al negocio.
En tercer lugar, renovar la gestión de riesgos en el (proceso de cadena de suministro) en cuestión, su visibilidad y su agilidad. Estos mismos expertos nos avisan que la mayoría de las cadenas de suministro, especialmente aquellas dedicadas a los productos de consumo, no han podido aumentar o disminuir de forma ágil y flexible su capacidad de producción por falta de visibilidad en los problemas tanto en demanda de los clientes como en la oferta de los proveedores.
También aquí la tecnología aplicada a la logística con las torres control, pueden facilitar la visibilidad de las incidencia reales y potenciales y permitir a las cadenas de suministro anticiparse a los problemas y los riesgos.
Sin duda hay otras muchas variables que afectan a la cadena de suministro y su logística, como son el incremento de los fletes marítimos, la falta de capacidad de contendores o los problemas en el transporte marítimo, como fue el cierre del Canal de Suez por el encallamiento del portacontenedores Ever Given de 20,000 toneladas, pero esto solo añade más razones, aún si cabe a la recomendación que hacemos de revisar las estrategias logísticas y sobre todo ponerlas en marcha lo antes posible.
El autor es presidente de la Red de Ayuda Logística (RALOG).
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