A más de tres años del inicio de la pandemia de COVID-19, la mayoría de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) de consumo en México parecen haber superado el shock que este evento global tuvo sobre sus operaciones y finanzas, aunque prevalece el reto del comercio electrónico (e-commerce), debido a la dificultad para implementar un nuevo modelo de negocio.
“Las empresas se están dando cuenta cada vez más de que vender en línea es un arte. No se trata solamente de subir un producto al Facebook marketplace o plataformas de e-commerce como Amazon y Mercado Libre, también existe una mayor complejidad, desde adoptar un nuevo modelo de negocio e invertir en tecnología hasta gestionar de manera eficiente los inventarios, la logística, la distribución, los envíos y las devoluciones”, dijo René Yamada, gerente de Planeación Estratégica y Efectividad Operativa de GS1 México.
De acuerdo a la 6° Edición del Barómetro GS1: Fabricantes PyMEs de la Industria de Consumo, el 68% de las pymes proveedoras del retail y vendedores de los marketplaces afirmó que es importante o muy importante comercializar sus productos por Internet, seis puntos porcentuales más que en 2022. También destacan las razones por las que lo hacen: un 30% para ampliar su mercado (19% en 2022) y un 13% considera que es la tendencia actual (9% en 2022).
Por otro lado, un 36% dijo que no vende en línea, aunque un 19% de estos participantes está en proceso de hacerlo. Para el resto, la principal razón para no vender en Internet es debido al tipo de producto con un 31%, mientras que para un 9% les es difícil empezar a hacerlo, le falta conocimiento o no están interesados.
“Pese a que prevalecen ciertos retos en la digitalización, se observa una clara tendencia hacia una mayor adopción del comercio electrónico, ya que los proveedores del retail y los sellers de los marketplaces conocen su producto y apuestan por él. En este contexto, será necesario aprender nuevos conocimientos en materia de innovación, marketing digital, medios de pago y última milla, entre otros, para conquistar el mercado online”, afirmó Simeon Pickers, director general de Psyma Latina.
Mientras que las áreas que consideran fortalecer los empresarios y emprendedores en su estrategia online son estrategias de negocio, rendimiento del marketing, servicio al cliente, logística, tecnología e infraestructura, métodos de pago, fondeo e inversionistas, omnicanalidad, temas legales y prevención de fraude.
El estudio mencionó que de las empresas que ya venden por Internet, seis de cada 10 lo hacen en marketplaces como Mercado Libre y Amazon, principalmente, seguidos de Walmart, Shopify, Liverpool y Shopee. Otros canales de venta online que le siguen en importancia son Facebook, una página web propia, Instagram y WhatsApp.
En tanto, un 18% vende a través de TikTok, el uso de esta plataforma por parte de las pymes creció al triple si se compara con 2022, y probablemente el siguiente año esté en los niveles de WhatsApp o Instagram, debido a cómo se hacen virales sus contenidos y sus productos. Por el contrario, la red social X (antes Twitter) es cada vez menos usada, al pasar de un 31% en 2022 a 19% de respuestas en 2023.
“La venta en línea continúa como un punto difícil para las empresas; de hecho, es la dificultad más alta. Muchas pymes se vieron obligadas a vender en línea por la pandemia, pero vemos que quieren meterse al e-commerce para entrar a nuevos mercados, llegar a más gente”, indicó el estudio.
Mencionó que, a lo largo de los años, la materia prima óptima para el producto, el artículo terminado y el empaque (diseño) atractivo se han mantenido en el top 4, siendo elementos indispensables para el éxito de las empresas. Para 2023 en una perspectiva de fin de pandemia, el empaque y su resistencia han tomado relevancia.
Respecto a su situación financiera, tres cuartas partes de las pymes encuestadas (75%) informan que es excelente o buena, lo cual es la calificación más alta en los seis años de medición, “esto sugiere un periodo de estabilidad financiera y éxito para la mayoría de las empresas”.
“La crisis económica detonada por la pandemia significó para muchas un shock, una amenaza para su existencia. Las empresas tuvieron que ajustarse a la nueva realidad, innovar y adaptarse a las nuevas tendencias que llegaron para quedarse. Una vez digerida esta disrupción, observamos que los fabricantes reportan una situación buena o muy buena en sus finanzas y ventas, por lo que muchas salieron fortalecidas de la crisis. Pero también cabe destacar que su desempeño ha mejorado a lo largo de estos años en los que hemos presentado este estudio, lo que abona también al optimismo de cara al futuro”, indicó.
Además, 85% de los empresarios tiene expectativas optimistas sobre el futuro de sus negocios en 2024, lo que refleja un alto nivel de confianza en el panorama económico y su potencial de crecimiento en un entorno omnicanal, pese a un contexto de elevada inflación y altas tasas de interés.
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