Lo anterior son las conclusiones realizadas al analizar las perspectivas económicas de la economía mexicana, en conferencia encabezada por José Romero Tellaeche, Director del Centro de Estudios Económicos de El Colegio de México y José Luis de la Cruz Gallegos, Director General del IDIC.
Tanto José Romero como José Luis de la Cruz Gallegos, enfatizaron la importancia de evitar más recortes al gasto de inversión física, impulsar la implementación del Programa Nacional de Infraestructura 2014-2018, que promueva al sector de la construcción y los encadenamientos productivos relacionados con el mismo, utilizar el desarrollo del sector energético, elevar el contenido nacional en las compras de gobierno en general, entre otras medidas.
En este sentido, un punto fundamental es fortalecer el uso de incentivos fiscales a la inversión productiva para el paquete económico de 2017, así como eliminar la competencia desleal que enfrenta la industria mexicana.
Sólo por ver lo sucedido en el sector acerero, las prácticas de China como subvenciones, dumping y un tipo de cambio subvaluado artificialmente han generado un contexto anticompetitivo y una pérdida de rentabilidad.
“Revertir la situación desfavorable para el sector siderúrgico nacional es un imperativo. Si el acero que consume un país se produce localmente hay un efecto multiplicador en la diversas ramas industriales así como en la cadena metalmecánica”, afirmó José Luis de la Cruz.
Investigaciones de El Colegio de México y el IDIC han mostrado que aplicación de un arancel del 30% a la importación de productos vinculados con las industrias metálicas básicas es una alternativa viable para generar crecimiento económico, porque impacta en incrementos de 4.6% en el valor agregado nacional, un 4.8% en el consumo privado, un 1.3% en el consumo público y un 5.9% en exportaciones.
La aplicación de este reduce el Índice de Precios del Valor Agregado en 9.1% y el Índice de Precios de la Oferta Total en 6.8%, por lo que se descarta que sea una fuente de presiones inflacionarias.
Los escenarios antes descritos son fundamentales para dinamizar la economía nacional, que desde ahora se pronostica tendrá un crecimiento que oscilará entre el 1.6% y 2.3% del Producto Interno Bruto (PIB) para 2016.
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