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Lo anterior, debido a que en dicho año este tipo de carga ocupó el sexto lugar de las 18 categorías de productos movidos por el ferrocarril y que de acuerdo con el total de toneladas transportadas equivalía al 7% del volumen total, aspecto en el cual el IMT expuso un área de oportunidad para el tren, debido a que entre los cambios que la Reforma Energética busca promover están “el impulso de un modelo de transporte, almacenamiento y distribución de los hidrocarburos y sus derivados, eficiente, seguro y de menor costo, que no restrinja el crecimiento de esta rama industrial”.
Destaca que dicho 7% se presentó luego de un movimiento de nueve millones 049 mil 087 toneladas a cabo a través de 166 intercambios origen – destino configurados entre los 95 nodos participantes, de los cuales prácticamente la mitad, con movimientos totales mayores a 50 mil toneladas concentraron 97.2% del volumen total de la carga de este grupo de productos.
La participación y distribución territorial de los nodos ferroviarios involucrados en el movimiento de los productos petrolíferos sugiere que la red de comercialización de Pemex se apoya de manera significativa en el ferrocarril a juzgar por la presencia de nodos con movimientos de más de 50 mil toneladas localizados a todo lo largo de la red férrea en operación del país”, alude el estudio del IMT.
Debido a la distribución del Sistema Ferroviario Nacional existen nodos en prácticamente todo el país, a excepción de los estados de Sinaloa y Nayarit donde el volumen de este tipo de carga es menor, y por otro lado, la zona costera de Chiapas, donde la condición física de la vía afectada desde 2005 y todavía no en operación plena en 2013, marginaba la participación de los nodos de esa región.
Respecto a los flujos, cabe señalar que atendiendo al origen de la carga, 18 nodos con movimientos mayores a 50 mil toneladas alimentan el transporte ferroviario de productos relacionados con la industria petrolera, 98.9 por ciento. De ellos, los seis que reportan movimientos mayores con cerca de 500 mil toneladas y corresponden al conjunto de puntos ferroviarios asociados a la producción de los complejos petroquímicos y de refinación de Pemex localizados en Tula, Hidalgo; Minatitlán, Veracruz.; Ciudad Madero, Tamaulipas; Cadereyta, Nuevo León; Salamanca, Guanajuato; así como Gómez Palacio, Durango, la cual es una Terminal de Almacenamiento y Reparto (TAR) de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Entre los nodos restantes predominan los relacionados con puntos de entrada de hidrocarburos, por un lado, los localizados en la frontera norte: Nuevo Laredo, Ciudad Juárez, Piedras Negras, Nogales y Matamoros, que sugieren flujos de importación de 9.5% y por otro lado, los correspondientes a los puertos de Guaymas y Veracruz con 3.5%, pertenecientes probablemente a movimientos de cabotaje”, explica el documento.
En materia de recepción de carga, los nodos de destino con movimientos de más de 50 mil toneladas son 27 y concentran 94.2%, de entre éstos, seis observan volúmenes de más de 500 mil toneladas concentrando en su caso, 63.1% de la carga. Se trata de flujos de salida registrados en los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas; de ingreso a los complejos petroquímicos de San Martín Texmelucan en Puebla y del nodo Ing. A. Lira Arciniega asociado a la producción petrolera de Minatitlán y Coatzacoalcos en Veracruz; además de los centros de almacenamiento y distribución de San Luis Potosí y Durango.
El 31% de las toneladas restantes, da cuenta de la cobertura de distribución del ferrocarril en materia de petróleo y derivados, abasteciendo con volúmenes mayores a 50 mil toneladas pero menores a 500 mil, puntos de redistribución en Sonora, Chihuahua, Durango, Aguscalientes, Jalisco, San Luis Potosí, la zona central del país en torno a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, Puebla y Yucatán, entre otros”, expone el documento.
En cuanto a los tráficos domésticos, el IMT señala que la representación espacial del 18% de los pares origen – destino, mayores a 50 mil toneladas en alguna de sus direcciones que en conjunto manejan el 88.9% de las toneladas transportadas, permite observar que éstos se concentran en la zona este del país, del sur de Veracruz al noreste del territorio nacional.
Los pares origen – destino con volúmenes de carga mayores a medio millón de toneladas, enlazan la zona de producción del sur de Veracruz y los puertos del litoral del Pacífico con los complejos petroquímicos ubicados en el centro del país; la producción de Tampico con el centro de almacenamiento de San Luis Potosí y la del complejo productivo de Cadereyta, Nuevo León, con los centros de acopio y distribución de Durango y Chihuahua”, agrega el IMT.
Asimismo, el documento señala que los movimientos menores se localizan en la península de Yucatán; en Sonora entre el puerto de Guaymas y la zona de Hermosillo por medio del nodo de Ciudad Industrial; y entre el complejo petroquímico de Cadereyta comunicado por ferrocarril a través del nodo Pedro C. Morales, Nuevo León, y los puntos de almacenamiento de Chihuahua, del sur de Sonora y de Jalisco.
Agrega además que la distribución de los flujos carga, definidos con base en el proceso de asignación seleccionado, delinea tres corredores con volúmenes de más de un millón de toneladas, alimentados y definidos por la zona de producción de Coatzacoalcos – Minatitlán en el sur de Veracruz, la producción de petrolíferos de las plantas de Pemex localizadas en el centro del país: San Martín Texmelucan, Puebla; Tula, Hidalgo; y Salamanca, Guanajuato; así como el puerto de Manzanillo.
Además de los corredores señalados, existen tres flujos de entre 500 mil y un millón de toneladas, que confluyen en San Luis Potosí, procedentes de la refinería de Cadereyta en la zona industrial de Monterrey, del puerto de Tampico y desde el corredor definido por los nodos de Bojay y Salamanca”.
En este mismo orden del flujo de carga, se encuentran la ruta Lázaro Cárdenas – Salamanca; el tramo Manzanillo – Zapotiltic y el enlace ferroviario, Gómez Palacio – Durango
De acuerdo con el IMT el movimiento de los combustibles se da en una mayor parte en ductos y autotransporte, mientras que el transporte marítimo ha tenido bajas en sus cifras y el ferrocarril ha representado crecimientos.
El ferrocarril es el que participa con la menor proporción de carga en el transporte de petróleo y derivados, 11.3 % en 2013, sin embargo se prevé que este panorama cambiará a partir de 2016, ante la ya libre importación de combustibles”, aseveró el IMT.
Lo anterior, debido a que la Secretaría de Energía anunció que ha entregado 100 permisos para la importación de diesel y gasolinas. Se trata de más de 83 mil 645 millones de litros de ambos refinados que ingresarán al país entre abril de 2016 y mayo de 2017, movimiento en el que el ferrocarril puede “hacer valer su condición de alternativa eficiente para el ingreso de combustibles, toda vez que la red de ductos aún no es la adecuada”.
Por lo anterior es que el ferrocarril dejaría de ser un medio de apoyo para convertirse en parte primordial de la cadena de suministro, metafóricamente en “ducto rodante” debido a que lo que se transporta al día a través de un ducto equivale al movimiento de un tren integrado por 75 carro-tanques, considerando que cada carro-tanque tiene el espacio para transportar entre 600 y 700 barriles, lo que da la oportunidad de transportar 52 mil 500 barriles por tren, poniendo el tema de capacidad como una de las principales características que el ferrocarril puede brindar. La apuesta por este tipo de carga es alta y avanza con rapidez.
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