Por Javier Nova*
En un mundo que demanda soluciones energéticas eficientes, la electrificación del transporte surge como una respuesta a los desafíos que enfrenta la sociedad contemporánea. Actualmente, la movilidad eficiente y respetuosa con el medio ambiente se ha vuelto imperativa. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), del total de las emisiones de gases de efecto invernadero en América Latina y el Caribe, las generadas por el transporte alcanzan el 15%, duplicando las producidas por la industria manufacturera.
En este contexto, la importancia de las colaboraciones estratégicas adquiere un protagonismo fundamental. La complejidad inherente a la electrificación demanda la unión de fuerzas entre fabricantes, proveedores, gobiernos y empresas, creando sinergias que superen las barreras logísticas y regulatorias. Estas colaboraciones son clave para construir un ecosistema sostenible y eficiente que respalde la electrificación del transporte a escala.
La optimización en la cadena logística y su transformación energética en el transporte no sería posible sin la vinculación de actores. Por ejemplo, en la electromovilidad, las estaciones de recarga juegan un papel crucial como nodos estratégicos que pueden influir significativamente en la experiencia del usuario y en la eficiencia del sistema, transformando el panorama de la movilidad eléctrica.
De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en 2020, México poseía infraestructura para la electromovilidad con más de dos mil centros de carga en el país, gracias al trabajo en conjunto entre la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el sector privado. En este caso, el despliegue coordinado de un sistema de infraestructura de carga generó seguridad y confianza a los usuarios y fortaleció la creciente demanda de vehículos eléctricos.
Un documento publicado por Statista Research Department señaló que el número de vehículos pesados vendidos al por menor en México superó las 39 mil 720 unidades y la venta mayorista alcanzó las 41 mil 470 unidades vendidas en 2022. Esto representa un incremento en el volumen de ventas, de alrededor del 24.2% y 32.5%, respectivamente, en relación con la cantidad de camiones, tractores y autobuses vendidos por ese canal de distribución en 2021.
La sinergia entre diferentes actores del sector impulsa la creación de ecosistemas integrados que no solo optimizan la eficiencia operativa, sino que también catalizan la implementación efectiva de soluciones de movilidad eléctrica en la cadena logística. De acuerdo con el Programa para la Promoción de la Movilidad Eléctrica (PEII), al cierre del 2020 ya se habían instalado 87 puntos de carga de nivel 2 distribuidos entre las principales ciudades del país: Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, los cuales son favorecidos por políticas de restricción de la circulación para autos de combustión.
La interconexión de estaciones de recarga y la optimización de su ubicación dependen en gran parte de alianzas sólidas y medidas coordinadas, las cuales, son un componente esencial para la consolidación de una red eficiente. En este caso, el sector público tiene la capacidad de establecer regulaciones que promuevan el desarrollo de infraestructura de carga y el sector privado aporta la experiencia en la fabricación y comercialización de vehículos eléctricos, así como en la instalación y operación de estaciones de carga.
La colaboración estratégica para abordar los desafíos de la electromovilidad en la logística de carga es esencial no sólo entre entidades público-privadas, sino como industria. La movilidad eléctrica implica la fabricación y venta de vehículos eléctricos, la construcción de estaciones de carga, el desarrollo de software y servicios relacionados, entre otros aspectos. Estas actividades también necesitan la creación de alianzas para acelerar el desarrollo y facilitar adopción masiva de la movilidad eléctrica.
Estas alianzas también se han convertido en el catalizador clave para impulsar la transferencia energética. Las empresas que brindan la infraestructura y administran el suministro de electricidad desde donde se genera hasta donde se necesita, de manera confiable y eficiente, consolidan al sistema eléctrico en la columna vertebral del mercado energético y en la clave para lograr un futuro libre de carbono.
En conclusión, las colaboraciones estratégicas son el motor que impulsa esta evolución. Uniendo fuerzas con actores clave en infraestructura, capacitación y tecnología, podemos superar los desafíos y desbloquear el potencial completo de la electrificación en las flotillas de transporte masivo comercial. Juntos, estamos escribiendo una nueva narrativa para el transporte del futuro.
Te invito a leer mi columna anterior: La revolución de la movilidad hacia 2024
*Javier Nova actualmente es líder de segmento en Hitachi Energy.
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