Por Javier Nova*
La visión proyectada para la transformación de la movilidad en 2024 no solo es un cambio de paradigma, sino un compromiso con un futuro más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Esta evolución, centrada en opciones de transporte con fuentes de energía no fósiles, no solo redefine la manera en que nos desplazamos, sino que también tiene un impacto significativo en diversos ámbitos, desde la contribución socioambiental hasta la economía y el posicionamiento de marca.
De acuerdo con el reciente informe del Indicador Mensual de la Actividad Industrial del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la producción en la industria del equipo de transporte experimentó un aumento del 1.7% en septiembre de 2023 en comparación con el mes anterior. Este sector, que abarca la manufactura de vehículos eléctricos e híbridos y sus componentes, se proyecta a un crecimiento anual del 10-15 por ciento. Además, se destaca un asombroso incremento del 132% en la adquisición de automóviles eléctricos para flotillas, marcando un cambio tangible hacia opciones más ecológicas.
El Informe de mercado de Eficiencia Energética 2023 revela un impulso político claro a favor de prácticas más sostenibles, catalizado por la crisis energética global derivada de tensiones geopolíticas en Europa. Este impulso se traduce en un aumento significativo del 45% en las inversiones en eficiencia desde 2020. Los países responsables de tres cuartas partes de la demanda energética mundial han fortalecido sus políticas de eficiencia energética, implementando estrategias innovadoras en respuesta a la urgencia del panorama actual.
De la palabra a la acción: el cambio en las políticas energéticas
En el último año, hemos sido testigos de un cambio tangible en el enfoque de los países líderes en consumo energético. De la mera retórica han pasado a la acción con la implementación de políticas y estrategias innovadoras. Un ejemplo es el notorio aumento en la adopción de normativas para motores industriales, que se ha triplicado en la última década. Este fenómeno subraya la creciente conciencia sobre la importancia de optimizar la eficiencia en todas las facetas de nuestro consumo energético.
En este escenario de transformación identificamos varios incentivos para diversas industrias. Desde el estímulo económico derivado del crecimiento en la producción de vehículos sostenibles hasta la generación de empleo y el fortalecimiento de la imagen de marca, las oportunidades son abundantes. La transición hacia opciones más sostenibles no solo es una necesidad imperativa, sino también un camino que promete beneficios a largo plazo para aquellos dispuestos a abrazar el cambio.
- Sostenibilidad ambiental: la adopción de vehículos eléctricos promueve la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo así a la sostenibilidad ambiental.
- Ahorros en costos operativos: los vehículos eléctricos tienden a tener costos operativos más bajos debido a su menor necesidad de mantenimiento y al menor costo de electricidad en comparación con los combustibles fósiles.
- Incentivos fiscales: muchas regiones ofrecen incentivos fiscales y subvenciones a empresas que incorporan vehículos eléctricos en sus flotillas.
- Imagen de marca: La adopción de prácticas sostenibles puede mejorar la imagen de marca y cumplir con las expectativas de los consumidores conscientes del medio ambiente.
- Cumplimiento normativo: En algunas regiones, la regulación favorece la adopción de vehículos eléctricos, facilitando así el cumplimiento normativo por parte de las flotillas.
En el horizonte de la transformación de la movilidad para el año 2024, los beneficios medioambientales y las oportunidades económicas sostenibles son innegables y atractivos. Sin embargo, es crucial reconocer que aún enfrentamos desafíos pendientes que requieren resoluciones concretas apalancadas en la implementación decidida de políticas públicas, la forja de alianzas estratégicas entre sectores y campañas de difusión efectivas.
En última instancia, la transformación de la movilidad va más allá de la mera adopción de vehículos sostenibles. Representa una oportunidad única para el desarrollo económico sostenible y para que las empresas consoliden su posición en el mercado. Aquellas que abrazan una marca comprometida con la sostenibilidad y la innovación se encuentran en una posición estratégica para liderar el cambio y cosechar los frutos de un futuro más prometedor.
Así, con desafíos por delante y una visión clara, avanzamos hacia un futuro donde la movilidad sostenible no es solo un objetivo, sino una realidad palpable que moldea positivamente nuestro entorno y redefine el camino hacia adelante.
Te invito a leer mi columna anterior: Electromovilidad y nearshoring: la oportunidad logística
*Javier Nova actualmente es líder de segmento en Hitachi Energy.
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