No hay otras palabras para describir que las aduanas del país seguían hasta ayer a medianoche sin una buena noticia de haber levantado el sistema que, hasta esa hora, acumulaba 36 horas caído. Sí, ¡aunque usted no lo crea!, el sistema sobre el que corre y se controla todo el flujo informativo fiscal del comercio exterior del país número 12 a nivel mundial en esta materia, suma dos días hábiles muerto para decirlo por su nombre y no como algunos que eufemísticamente estuvieron calificando el problema como una “intermitencia”.
En la práctica qué significa. Pues que los 50 puertos fronterizos, marítimos y aéreos por los que fluyen todos los días mercancías de importación y exportación con valor de casi dos mil millones de dólares no pueden procesar ese flujo y esos productos están atorados acumulándose un volumen inimaginable de contenedores, tráileres, barcos y ferrocarriles cargados sin poder hacer el cruce y terminar sus procesos de entrega en su destino final.
Las afectaciones son múltiples y los daños incuantificables en millones de dólares aquí y en nuestros países socios. Equivale a una hecatombe en la cadena de suministros. Plantas industriales con riesgo de entrar en paro al no recibir su proveeduría en tiempo. Cadenas comerciales sin abasto. Productores de perecederos que tendrán que pagar más caro por el mantenimiento de su producto en refrigeración. Operadores logísticos sin poder concluir su ciclo ni atender nuevos servicios mientras se espera a que el problema se resuelva.
A las 23:00 de anoche el sistema Aduanet de plano recomendaba a sus usuarios NO (así con mayúsculas) enviar carga para cruce por la Aduana de Nuevo Laredo, la principal del país, “hasta tener un nuevo comunicado del estatus de los sistemas” de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM). En el puerto de Manzanillo no es diferente. Los patios exteriores y las líneas de autotransporte enfrentan un caos por falta de espacio, pérdida de negocios, y las terminales portuarias un cuello de botella con la gestión de sus operaciones a barcos.
Esperemos por el bien de nuestra imagen como potencia exportadora que la caída del sistema se resuelva a la brevedad y no experimente una historia similar a lo que han sido los grandes proyectos de esta administración.
La AMOTAC amenaza de nuevo
La Asociación Mexicana de Organización de Transportistas (AMOTAC) amenaza nuevamente con la realización de un paro nacional con sus huestes para el próximo 15 de febrero en las principales carreteras del país, en protesta por el crecimiento de los índices de robos al autotransporte y la violencia que se ha disparado en contra de sus asociados.
Después del fallido acuerdo al que llegó en septiembre pasado con la Guardia Nacional (GN) y la Secretaría de Gobernación para crear mesas de trabajo para atender la problemática, cuya implementación sirvió para dos cosas, la expectativa de sus asociados es de que esta vez no dé su brazo a torcer con el canto de las sirenas del gobierno, a quien queda claro que no le viene bien en estos tiempos una llamada de alerta tan grande que ponga en el debate público nacional el mayúsculo problema de inseguridad en el que estamos inmersos por la inacción e ineptitud del gobierno para hacer frente al problema con abrazos, dizque porque los criminales también son pueblo.
Ya los organismos de transporte que negociaron el pasado fin de semana experimentaron la misma fórmula que la Amotac recibió el pasado mes de septiembre sin ningún resultado, ¡vaya! ni siquiera se ha visto una mayor presencia física de la GN en carreteras en estos meses. Así que ya veremos qué pasa con esta nueva convocatoria.
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