Los que no la han estado pasando bien son los importadores de productos químicos al país por vía marítima. Y es que, con el famoso tema de perseguir el tráfico de fentanilo, los representantes de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) en los puertos, resulta que antes de autorizar las descargas de producto condicionan a primero tomar una muestra y enviarla a sus laboratorios para confirmar el producto de que se trata. Pero esto lo están realizando sin contar con el equipo adecuado y tardando varios días para dar el resultado del laboratorio.
Por un lado, los importadores han expresado preocupación porque algunos químicos son riesgosos para la salud humana si se expone la persona a su contacto directo o a las emisiones de vapores que se producen en los tanques durante los días de tránsito; y por el otro, les preocupa también los costos de retener los barcos tres o cuatro días más a la espera de la respuesta de las autoridades.
No hay que olvidar que los buques quimiqueros, dependiendo su tamaño, se cotizan entre 15 y 20 mil dólares diarios, los cuales se vienen a sumar a nuestra cadena logística dependiendo el tiempo que se tomen para dar la autorización al desembarque, amén de que se estaría exponiendo de más a los colaboradores de la ANAM que toman las pruebas sin el equipo adecuado para esa labor.
El ferrocarril a baja velocidad
Si de algo se adolece para sacarle más potencial al ferrocarril es el rezago en la construcción de infraestructura de terminales y patios ferroviarios que tenemos en el país. Existe mucha carga que movilizar, informan los directivos de las ferroviarias, pero el problema es que no existen las instalaciones suficientes en donde depositar dichas cargas para conectarlas con el servicio ferroviario.
La voz de alerta la alzó el propio presidente del Canadian Pacific Kansas City (CPKC), Oscar Del Cueto, quien llamó la atención sobre la falta de infraestructura de terminales en el país para poder soportar el crecimiento de la demanda. He ahí un área de oportunidad de inversión si se cuenta con el recurso financiero para la realización de una instalación que ayude a atenuar el problema.
Pero tampoco se trata de construir por construir. La infraestructura se requiere en ubicaciones estratégicas cercanas a los centros de producción de mayor demanda y, obviamente, conectadas con las vías del ferrocarril para que cumpla con su papel de coadyuvar en el desarrollo ferroviario del país en momentos en que lo único que se espera es que la demanda crezca por el efecto del nearshoring.
Comenta y síguenos en X: @GrupoT21