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Nunca me cansaré de emplear los espacios editoriales y académicos a mi alcance para recordar la importancia de no olvidar que, tanto como está en los mejores intereses de una nación, de una infraestructura de transporte o de un medio, protegerse contra la amenaza de un acto de interferencia ilícita, llámese como se llame, también lo está el que los controles, del tipo que sean, no entorpezcan innecesariamente el libre tránsito por las instalaciones de la terminal de los pasajeros, las mercancías, las tripulaciones y aquello que se requiere para cumplir con el objetivo de eficiencia de los servicios.
El no hacerlo traicionaría algunos de los valores que han regido mi carrera aeronáutica, en especial desde ese momento en el que una primera experiencia en la Dirección General de Aeronáutica Civil hacia 1983, además ya como profesional del turismo, me acercó a ese fascinante y crecientemente menospreciado concepto de la Facilitación del transporte aéreo internacional, consagrado en el Anexo 9 al Convenio de Chicago sobre Aviación Civil Internacional.
Retomo el tema en tiempos en los que me entero de más y más trabas y demoras asociadas al desprecio al contenido de dicho documento, caso de lo que han experimentado los pasajeros que llegan al aeropuerto de Guadalajara, Jalisco, procedentes del extranjero, y en los que a los mexicanos, justificada o injustificadamente, nos queda claro no nos va a quedar otra que acostumbrarnos a la idea del involucramiento de las fuerzas armadas en tareas y procesos en las terminales de transporte otrora a cargo de civiles, tiempos en los que, tal y como lo narré en este mismo espacio, fui testigo en carne propia hace unas semanas del reto que supone por ejemplo para un elemento castrense comprender que independientemente de su crucial labor preventiva en materia de seguridad, su papel en los procesos operativos y de servicio resulta también de primera importancia a la hora de que el usuario, es decir, quien finalmente paga su salario, valore la calidad de la experiencia y decida en el futuro volver a repetirla o no.
Adelante señores, blinden las infraestructuras y de hecho a México con la seguridad que requieren, los usuarios se los agradecemos, pero por favor, y se los pido respetuosamente, no olviden que el tráfico (pasajeros y carga) tiene derecho a transitar sin mayores contratiempos por los aeropuertos, las centrales camioneras, las estaciones de tren y los puertos, mismos que se pueden minimizar si la capacitación al personal de seguridad incluye, mucho, pero mucho más contenido y concientización sobre los temas de facilitación y por ahí de manejo de esas habilidades blandas tan vinculadas al servicio a los usuarios.
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