La llegada de Tesla a México ha sido motivo de celebración, pero también de preocupación. Primero, porque el estado regiomontano padece de escasez de agua y está en duda que pueda abastecer y alimentar a la Gigafactory. Y segundo, porque se cuestiona si el país cuenta con las condiciones de infraestructura para atender no solo a la compañía de Elon Musk (fundador y director), sino a todas aquellas que se establecerán gracias al nearshoring.
Sin embargo, como se dice comúnmente, en lugar de preocuparnos, el país debe ocuparse. Por lo que la pregunta obligada es: ¿y ahora qué sigue?
Además del agua, ¿qué hace falta para que esta planta y otras más se establezcan y se desarrollen exitosamente en México? ¿Qué otras condiciones se deben crear para ver los beneficios de la llegada de Tesla al país?
En su momento, el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró que ante la insuficiencia de agua en ese estado no se podían entregar permisos a empresas como Tesla para establecer su planta. El gobernador de ese estado, Samuel García, le reviró y le dijo que sí la hay.
Por lo que, el pasado 28 de febrero el presidente confirmó la inversión de la compañía con el establecimiento de una “serie de compromisos” para resolver los problemas del agua. Uno de estos compromisos es utilizar agua reciclada y tratada para la fabricación y pintura de los automóviles.
Con la Gigafactory se anunció una inversión inicial de cinco mil millones de dólares, y recién se dio a conocer que podría ser construida y terminada en este mismo año. Se presume que Tesla invertirá 10 mil millones de dólares en las dos plantas que fundará en Nuevo León.
La llegada de Tesla es parte de las relaciones comerciales logradas con el T-MEC, y como ella están arribando otras empresas. Elon Musk, como muchos otros empresarios, ven en México la oportunidad de negocios que no van a encontrar en otro lado. Se dice que Tesla podrá exportar desde nuestro país a mercados de Europa y Asia sin pagar aranceles gracias a los tratados de libre comercio que tiene México.
Los vehículos eléctricos de nueva generación que produzca Tesla y de las armadoras establecidas en México, son la semilla de la electromovilidad en el país. Esto, además de beneficios para el medio ambiente, definitivamente permitirá el desarrollo de la industria.
Directivos de clústeres automotrices y de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) anticipan que la Gigafactory de Tesla, además de empleos, dará negocio a empresarios locales mexicanos.
El arribo de inversiones a México siempre será motivo de festejo, no importa a qué industria se destinen, porque al final, como se ha comentado, no solo gana Monterrey, también gana México. Parece un lugar común, pero no lo es, es inyección de recursos para la economía nacional y, sobre todo, certidumbre para los inversionistas extranjeros.
La industria automotriz es clave para la economía nacional y para las exportaciones. De acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), esta industria representa el 3.6% del PIB; y, además, en el primer trimestre del 2022, el 80% de la producción automotriz se destinó a la exportación, siendo Norteamérica el principal destino.
Sobre esa base, en el país se necesitan crear todas las condiciones en servicios públicos (agua y energía eléctrica), pero también en infraestructura logística y un marco regulatorio en materia fiscal y aduanera eficiente, con trámites simplificados y expeditos. Eliminar la burocracia.
En este espacio comentamos el año pasado la preocupación del titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, de que el país tuviera mayor capacidad para la generación de energía a fin de cubrir los requerimientos de las empresas automotrices que buscaban establecer sus plantas en el país.
Incluso el canciller mexicano mencionó que los países de Medio Oriente ya veían a México como “la nueva China”. Y él no dudó de que en un futuro cercano sería así. Pues bien, ese futuro está llegando más rápido de lo que se pensaba.
Cabe destacar que México sí ha trabajado en la creación de infraestructura carretera, aeroportuaria y avanza en el sector aéreo con la creación del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), así como en la mano de obra calificada. Pero hace falta todavía avanzar más en redes e infraestructura logística, en seguridad pública a nivel municipal, estatal y nacional, y en generar mayor capacidad de suministro eléctrico y de agua.
También es importante acortar los tiempos para obtener permisos y trámites en materia logística y aduanera. Solo por mencionar un ejemplo: para obtener la autorización como administrador y operador de un recinto fiscalizado estratégico a una empresa le puede llevar de dos y hasta tres años.
En ese sentido, las condiciones deben ser parejas para todas las empresas nacionales o extranjeras. Los trámites y requisitos para aquellas compañías que buscan establecer sus plantas de producción en nuestro país deben ser iguales para todas, incluida Tesla.
La planta de Elon Musk en México debe fomentar la productividad y la competitividad de la industria manufacturera, y promover el respeto de los derechos humanos y laborales de los trabajadores que se contraten. ¿No lo cree así?
Te invito a leer mi columna anterior: Del AICM al AIFA: una mudanza obligada y rápida
Diego Sahagún es especialista en comercio exterior, logística internacional, administración logística, cadena de suministro y análisis financiero. Actualmente se desempeña como Joint CEO de Aduaeasy.
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