![](https://t21.com.mx/wp-content/uploads/2023/08/moto-fl.jpg)
Las condiciones mundiales que hemos vivido desde inicios de la pandemia en 2020, que generó una desestabilización en la cadena de suministro en diversas áreas, afectó significativamente la logística de empresas que utilizan flota propia para la distribución de sus productos. Han tenido que hacer “magia” para sortear la falta de insumos, sobre todo con la escasez de refacciones y vehículos. A la par de tener dentro de sus planes la parte sustentable, con objetivos de cara al 2030 de contar con una flota verde en un alto porcentaje.
Ante la falta de vehículos utilitarios, una opción que tienen empresas con el esquema de preventa es el uso de motocicletas (motos). El problema es el alto índice de accidentes por el mal uso de estas. Ante esta situación, se tienen hoy en día tecnologías que pueden colaborar en bajar la siniestralidad, al contar con mediciones al detalle de los hábitos de manejo como botones de pánico, regular la velocidad máxima, desaceleración en casos de emergencia, así como saber si los conductores portan su casco, tener datos de caídas, o bien si se están robando la unidad. Todos estos datos están integrados en una sola plataforma, lo cual sirve para generar una estrategia de coaching que permita a los conductores mejorar su manejo.
No solo en preventa se pueden usar las motos, también en la entrega de paquetes pequeños en zonas con alto volumen de tráfico, que hace ágil la distribución, siempre y cuando se tenga esa trazabilidad del manejo a fin de cuidar los accidentes. En una prueba en el sureste con una empresa de servicios, las incidencias bajaron en un 90% a partir de que se instaló esta tecnología. Esto conlleva ahorros en varios factores, además de la baja de combustible, baja de primas de siniestro al disminuir los accidentes. Si se opta por motos eléctricas, se suma a iniciativas sustentables.
La probabilidad de tener un accidente en motocicleta comparada con los ocasionados en un automóvil es mayor. Si a esto le sumamos que el conductor maneja la motocicleta por alrededor de 10 horas diarias, maneja rápido y no presta mucha atención, se crea una combinación complicada.
El desafío es cambiar el paradigma. Hoy, un conductor de una moto puede ser monitoreado y recibir retroalimentación con base a los datos generados por sus propios hábitos de manejo lo cual puede ayudarlo a volverse un profesional en el transporte y ser ejemplo para el resto de los conductores.
Al lograr tener la cultura de buen uso de la moto, en tiempos económicos complicados y con miras a que el 2023 tenga condiciones macroeconómicas difíciles, esta puede ser una alternativa que genere grandes ahorros a las empresas.
Te invito a revisar mi columna anterior: Se acerca la próxima disrupción de la cadena de suministro; tome acción ahora
Eduardo Allegre actualmente es director general de Métrica Móvil.
Comenta y sigue a Eduardo en Linkedin
Comenta y síguenos en Twitter: @GrupoT21