Un total de 24 mil personas mueren al año a consecuencia de los accidentes viales. El tema se ha vuelto ya un problema de salud para México, al ser la primera causa de muerte en nuestro país.
Y en muchos países del mundo como Estados Unidos, Rusia, China y Brasil, entre otros, tienen un problema similar al nuestro. Por eso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto su atención en este problema y publicó el Plan Mundial para el Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2011-2020, el cual fue suscrito por los diferentes países para tomar acciones que redujeran estos índices. México en ese marco se comprometió a tomar las acciones necesarias para reducir a la mitad el número de decesos en esta década.
El problema y su solución tiene que verse desde tres ópticas principales: infraestructura vial, parque vehicular y conductor.
México está avanzando en la modernización de su infraestructura carretera. La recientemente inaugurada autopista México-Tuxpan, es un ejemplo. La anterior carretera era altamente peligrosa. Corre a la par de los desfiladeros de la Sierra Madre Oriental en el estado de Puebla y Veracruz, y por lo mismo es demasiado sinuosa. El índice de accidentes que se generaban al año era alto.
Igual es el caso con la Durango-Mazatlán o la Río Verde-Ciudad Valles, que se han modernizado por trazos y diseños más seguros y rápidos.
En las ciudades, algunas como la de México y otras, se cuenta con controles para combatir la conducción en estado de ebriedad que han ayudado a persuadir a la población de conducir cuando se ha tomado alcohol. La señalización de los puntos críticos -aquellos con un mayor número de accidentes-, también se ha reforzado para advertencia de los conductores. Sin embargo, este es un esfuerzo todavía incipiente para la magnitud del problema.
Todavía nos hace falta avanzar más en el reforzamiento de nuestra infraestructura en materia de diseño carretero y en mantenimiento de la misma. Existen tramos carreteros y vialidades urbanas, que ni las rayas blancas de señalización tienen. Los baches también son origen de muchos percances que pueden ser mortales. En la carretera 57, la más transitada del país, en su tramo Querétaro-San Luis Potosí, fuí testigo de cómo un auto perdió el control después de caer en un bache inesperado en agosto pasado, cuando las lluvias, pero principalmente la mala calidad del asfalto, derivó en una serie de baches altamente peligrosos.
El otro tema es el de los vehículos. Dicen los expertos que el 80% de los accidentes viales son generados por el conductor, y el restante 20% por una combinación de la infraestructura y el vehículo.
En México el vehículo no es sujeto de ninguna revisión de sus condiciones físico-mecánicas para circular. Así, se es libre de andar en nuestro país sin necesidad de demostrar que los vehículos tienen sus luces en buenas condiciones, sus frenos, o sus llantas. No existe una autoridad con las facultades para detener un vehículo por el sólo hecho de no contar con condiciones físicas mínimas de seguridad, y no se ven acciones concretas en este renglón que vaticinen un cambio próximo en la materia. Aquí está uno de los grandes pendientes que tenemos como país.
El otro pendiente es el conductor, en donde ante la falta de políticas públicas para regular este tema, se ha generado un relajamiento en los propios municipios para contribuir al caos que existe en nuestras calles y carreteras. No es un requisito obligatorio para recibir una licencia de conducir hacer un examen que demuestre que se está capacitado para controlar un vehículo en movimiento. En Pilcaya, Guerrero, por ejemplo, ni siquiera es necesario asistir personalmente para conseguirlo. Algún representante puede tramitar su licencia personal a su nombre con sólo llevar una foto de usted. No importa si ésta es tipo A o B, ahí se le expide lo que el interesado quiera con sólo pagar el derecho. Como este municipio, deben existir muchos más en nuestro país ante la falta de reglas en esta materia y una necesidad de generar recursos que tienen nuestros municipios.
Y como tampoco es requisito pasar un curso de capacitación y demostrar que éste se hizo para aplicar para una licencia, prácticamente en este país todos estamos aptos, tenemos las habilidades para conducir sin importar si vemos bien, o si físicamente no tenemos las cualidades mínimas para conducir de forma segura, o la cultura vial mínima. Eso no importa para la autoridad responsable de expedir licencias. En este apartado es dónde más falta por hacer.
En Cancún, Quintana Roo, ayer inició el Congreso Iberoamericano de Seguridad Vial, en donde se revisarán las acciones que los países participantes han realizado para alcanzar la meta de minimizar el número de decesos que se tienen en el mundo. México aún camina a paso lento para reducir la contribución de los vehículos y del conductor a la siniestralidad. Será interesante escuchar qué dirán nuestras autoridades sobre las tareas que tenemos pendientes para alcanzar la meta planteada.
P.D.
Hoy Isaac Franklin asume la dirección general de Intermodal México en sustitución de Hilario Gabilondo, quien el día de ayer se jubiló. Franklin no dejará el puesto de Director Financiero de Ferromex.
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