El director general de Operación de Ferromex, controladora de Ferrosur, Lorenzo Reyes Retana, dijo en entrevista con T21, que este día se reanudarán operaciones al despacharse los trenes que quedaron interrumpidos en sus vías tras el derrumbe de dos puentes en el tramo entre Loma Bonita y Arroyo Claro, en los kilómetros 177 y 178.
Con esto, las empresas usuarias, “podrán comenzar a documentar nuevos embarques a partir de este jueves”.
Explicó que las labores de limpieza del cauce del río -que forma parte de la cuenca del Papaloapan-, por la remoción de los cuatro furgones que cayeron con el desplome del puente, implicó una exigencia mayúscula, dado que se transportaban unas 100 toneladas de cemento cada uno, pero al contacto con el agua, fraguó y su peso llegó a 140 toneladas.
La situación obligó a que los furgones tuvieran que ser cortados en partes, mediante el sistema de corte criogénico submarino. “Debimos contratar una empresa experta, con buzos que con muy poca visibilidad, debido a que las aguas son lodosas, hicieron los cortes para sacar los carros en pedazos, y después extraer el cemento”, relató.
Los nuevos cruces, son instalaciones temporales hechos de estructura tubular y caballetes, sobre los que se monta el tendido de la vía. “Esto nos permite reactivar la circulación a la brevedad, mientras vamos construyendo los dos nuevos puentes que serán definitivos”, comentó.
La vía hacia el sureste, es importante debido a que por ella se transportan productos químicos de la zona petroquímica de Coatzacoalcos y Minatitlán, que vienen al centro del país, diesel Ultra Bajo Azufre (UBA), cemento y otros productos.
Reyes Retana, comentó que los dos puentes afectados, eran estructuras con una antigüedad de unos 70 años, que se mantenían en buenas condiciones.
Explicó que el problema, fue generado por una avenida extraordinaria de agua que provocó la lluvia en la sierra de Oaxaca. “En la zona del trazo de la vía casi no llovió, pero la bajada del agua afectó la estructura de los puentes”.
Reconoció el trabajo del equipo de técnicos y operarios con que cuenta la empresa, quienes debieron de vivir en la zona casi tres semanas, y trabajar a marchas forzadas para recuperar la circulación en un tiempo récord.