El Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe del Banco Interamericano de Desarrollo (INTAL-BID) prevé que los vehículos autónomos pueden evitar 80% de los accidentes viales.
Hoy en día las armadoras están invirtiendo cada vez más en tecnología. Actualmente en el mercado diversos vehículos cuentan con innovaciones de asistencia al conductor por medio de una cámara y radares como el Sistema Antibloqueo de Ruedas (ABS), los Dispositivos de Control de Estabilidad (ESC o ESP) o los nuevos Sistemas de Aparcamiento Asistido que forman parte de ese conjunto de elementos tecnológicos que, además de facilitar la experiencia a los usuarios, reduce riesgos debido al factor humano.
La autonomía automotriz pretende contribuir a la accesibilidad de movilidad para personas que no pueden conducir, trabajar en la eficiencia energética y de calidad del aire debido a los sistemas de manejo de tráfico, la reducción de la dependencia de combustibles fósiles y reducir los accidentes viales.
Actualmente, existen diversos niveles de automatización, basados en la Tarea de Conducción Dinámica (DDT por sus siglas en inglés) y el Dominio del Diseño Operativo (ODD), que abarcaría todas las condiciones específicas de un sistema automatizado del vehículo:
Nivel 0: El conductor tiene el control de todos los sistemas del vehículo.
Nivel 1: El conductor cuenta con asistencia de reconocimiento de objetos.
Nivel 2: Automatización de conducción, en el que se incluyen mejoras en los sistemas de mantenimiento de carril y corrigiendo la dirección del vehículo.
Nivel 3: La automatización de la conducción, en la que el asistente de conducción es capaz de realizar acciones respondiendo al tráfico.
Nivel 4: El vehículo cuenta con altos niveles de inteligencia artificial, en donde ya se pueden realizar una conducción dinámica, sin embargo, aún se requiere la presencia del conductor.
Nivel 5: El asistente de conducción realiza autónomamente la conducción total de la unidad y responde a las diversas fallas que se suscitan en carretera.
La Sociedad de Ingenieros Automotrices (SAE) estima que la industria automotriz se encuentra en un nivel de desarrollo de autonomía tres relativamente consolidado. Por su parte, las automotrices buscan que con la expansión de las redes inalámbricas los vehículos logren interactuar con el medio que lo rodea, integrando sistemas avanzados que permitan identificar vehículo a vehículo (V2V), vehículo a infraestructura y vehículo a todo (V2X).
Con esta adhesión de tecnología, se prende que los automóviles cuenten con un nivel de autonomía 5 para que sean capaces de moverse y transportar sin que el automóvil cuente con volante o pedales.
Las marcas automotrices que han presentado prototipos o pruebas de autonomía son Audi, BMW, Mercedes- Benz, Volvo, Nissan, Renault y Daimler–Bosch.
Sin embargo, el principal obstáculo para este mercado deriva de las limitaciones de infraestructura y la regulación jurídica de los países.
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En el caso de Estados Unidos la regulación legislativa referente al desarrollo de la conducción autónoma ha ido avanzando paulatinamente. Los vehículos autónomos se han estado probando por las carreteras estadounidenses desde 2010; Google comenzó a realizar pruebas con diversos prototipos. Desde entonces, en ausencia de una intervención del Congreso, los estados han estado regulando de manera independiente las normas de uso del vehículo autónomo.
Por su parte, el gobierno japonés ha abierto un plazo entre septiembre de 2017 y marzo de 2019 en varias autopistas del centro de Tokio y también en las que conectan la capital con la región central del país, para que sea posible realizar las pruebas de circulación necesarias con dichos vehículos.
En la 20ª Encuesta Global de Directivos Automotrices (Global Automotive Executive Survey 2019), realizada por KPMG International, el 59% de los encuestados consideró a la conectividad y digitalización como la tendencia número uno en el sector automotriz.
Sin embargo, la consultora recomienda al gobierno mexicano en realizar una planeación de infraestructura a largo plazo, así como la regulación de leyes.
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