Dentro de los puntos más relevantes para la industria automotriz establecidos en el T-MEC están el valor de contenido regional (VCR), la regla de origen para productos específicos; adquisición de acero y aluminio, así como el valor al contenido laboral, refiere un análisis de EY México.
Los productos del sector automotor comercializados en alguno de los tres países suscritos en el T-MEC deberán cumplir con un porcentaje de contenido regional,para el 2020 el VCR será de 66%, frente al 62.5% del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y en los años siguientes se incrementará gradualmente el 69% en 2021, 72% en 2022 y 75% en 2023, .
Para las autopartes el T-MEC establece mayores porcentajes de cumplimiento de VCR por costo neto, las autopartes esenciales tendrán que alcanzar como mínimo 75%, mientras que las autopartes principales 70% y 65% para las partes complementarias.
En el caso de adquisición de acero y aluminio con el que se produce el vehículo deberá de garantizar que el 70% provenga de la región. Así, para que un vehículo completo se considere originario, 70% o más del acero y aluminio comprado el año anterior deberá producirse en la región norteamericana.
“Ello implica que no sólo las armadoras, sino sus proveedores, considerarán hacer modificaciones en su cadena de suministro para alcanzar estas metas más altas”, señaló Rocío Mejía, Socia Líder de Global Trade e Impuestos Indirectos para México y Latinoamérica Norte.
El acuerdo establece que el tratamiento del aluminio que se utilice en esta industria se someterá a revisión en 10 años para determinar si es factible establecer reglas de origen más restrictivas.
De igual forma, el tratado establece que el 40% del valor agregado a los vehículos ligeros deberán incorporarse en zonas donde se ofrezcan salarios superiores a los 16 dólares por hora.
“Uno de los rubros que se espera cause mayor impacto en las operaciones de las empresas en México, es el apartado laboral del T-MEC. Sin duda, el acuerdo comercial ha ejercido y seguirá ejerciendo una gran influencia sobre la práctica laboral mexicana, de los primeros efectos se palparon con la reciente reforma laboral en materia sindical y resolución de controversias, instrumentales para lograr la negociación definitiva”, consideró Diego González, Associate Partner de EY Law – Laboral.
Aunado a lo anterior, el T-MEC pugna por la observancia de ciertos estándares laborales contenidos en los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Dentro de ellos, destaca el compromiso de (i) respetar la libertad sindical y negociación colectiva, y (ii) erradicar la precarización laboral. Para su verificación, el acuerdo comercial introduce un mecanismo de verificación y sanción ante posibles denegaciones de los derechos laborales tutelados.
Desde la perspectiva de EY México, debido a la trascendencia de los cambios que incluye el T-MEC, es prioritario para las empresas tener un entendimiento claro del impacto que estos pueden generar en la operación e inversión, a fin de contar con los elementos necesarios para tomar decisiones informadas.
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