De acuerdo con el decreto del Ejecutivo federal que restringe la operación de las aeronaves cargueras en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), será el 7 de julio cuando tendrán que dejar de operar este tipo de transportes en esta infraestructura. Con ello, a partir de este 18 de mayo se tienen 50 días para dejar de operar en este recinto.
Si bien el decreto no considera que se tengan que mover las operaciones hacia el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), lo cierto es que el movimiento de las aerolíneas cargueras se ha realizado de forma natural hacia esta infraestructura.
“Con base en las estadísticas del 2022, el AICM movilizó 570 mil toneladas, 50% de este movimiento se realiza en las panzas de los aviones de pasajeros, por lo cual estimamos que se movilizarán cerca de 280 mil toneladas al AIFA”, identificó Francisco Gálvez, director general de Leschaco Mexicana, en el marco del 13° Seminario de transporte y logística.
En el desarrollo del Panel: “Del AICM al AIFA: Retos y oportunidades”, los especialistas en la materia coincidieron en que el momento de las críticas ha finalizado y ahora el reto está en lograr la operación precisa en todas las áreas dentro del AIFA, que será la salida para cumplir con el decreto de dejar de operar en el AICM.
“Tenemos que correr entre estos 30 – 60 días para estar operando el 7 de julio. Por ejemplo, necesitamos una auditoría de Alemania para poder operar los almacenes en el AIFA”, anticipó Frank Nozinsky, director para México de Lufthansa Cargo.
Frente a un grupo de empresas usuarias de los servicios de carga aérea, Antonio Arranz, CEO de DHL Express México recomendó apresurar todas las autorizaciones y permisos que deben cumplir para operar en el AIFA, pues las dependencias están recibiendo un alto número de solicitudes.
“Muchas empresas están pensando en que estos temas los podrán resolver realizando tránsitos (tránsitos internos entre el AIFA y el AICM), pero sólo se tienen dos empresas autorizadas para efectuar esas operaciones en el AIFA. Si esa es la opción, será un cuello de botella”, enfatizó Arranz.
Carlos Torres, analista económico, recordó que al seguirse manejando la carga área en el AICM la que proviene en las aerolíneas comerciales, otro gran reto que se tiene es alcanzar la conectividad correcta para vincular las operaciones entre ambos aeropuertos.
Un tema que se comentó en el marco de este panel de discusión es que de los 130 agentes aduanales que operan en el AICM, al momento se tiene información sobre 78 que cuentan con la patente para operar en el AIFA, por lo que es otro elemento que se deberá atender.
Otro punto que se tendrá que resolver de manera acelerada es el movimiento del personal relacionado con las operaciones de carga aérea. “Se tiene un estimado de 20 mil personas que están vinculadas con el ecosistema de carga aérea en el AICM, ¿cómo vamos a movilizar cinco o 10 mil personas al AIFA?”, cuestionó Arranz.
En el caso de DHL, el directivo anticipó que se moverán una semana antes de la fecha pactada del 7 de julio, para ir resolviendo estos temas.
DHL dispondrá de 10 mil metros cuadrados para sus operaciones en el AIFA, mientras que en el AICM contaban con mil 500 metros cuadrados.
En materia de inseguridad en las operaciones en las inmediaciones del AIFA, los representantes de las aerolíneas si bien reconocieron que no es diferente a lo que se puede enfrentar en el AICM, Antonio Arranz precisó que se tiene el reto del Circuito Exterior Mexiquense, “el más delicado es el Mexiquense, si no lo resuelven, se puede causar ‘public affairs’, si no le entran duro, puede explotar”, sentenció.
AIFA NO ES SOLUCIÓN DE FONDO; ES TEXCOCO
En la perspectiva de los participantes en este panel, no se darán prórrogas para el término de las operaciones cargueras en el AICM, lo cierto es que la solución del AIFA no es la necesaria para la conectividad que se requiere en el país.
“El AIFA no es la mejor solución para la saturación del AICM”, expresó Carlos Torres, reconociendo que el hub que se requiere no está en esta infraestructura, y más bien es la salida ágil para los retos que se enfrentan.
En este mismo sentido, Antonio Arranz fue enfático, “la solución de largo plazo es Texcoco, se tendrá que mover a Texcoco”, no obstante, el AIFA tendrá que ser la opción en la siguiente década, “14 o 20 años al menos”.
Carlos Torres identificó que ante las necesidades de conectividad que se requieren y por la limitaciones o complejidades que se enfrentan en el binomio AICM – AIFA, los grupos aeroportuarios están encontrando áreas de desarrollo, “otros grupos aeroportuarios están creciendo su capacidad como OMA, Asur o GAP”.
Franz Nozinsky soportó esta idea al comentar que actualmente Lufthansa Cargo está realizando tránsitos internos para conectar el Valle de México desde los aeropuertos de Cancún, Querétaro o Monterrey, para darle viabilidad a la conectividad.