El encabezado de un “Twit”, por cierto, lo siento, pero no me acostumbro a llamarle “X” a la plataforma “Twitter” a la que debo confesar soy medio adicto (hahaha), con información del medio “La Política Online”, lo dice todo: “Volaris alista su salida de la Bolsa Mexicana de Valores. La empresa no logra convencer al mercado sobre su rentabilidad y se ubica una de las emisoras más atractivas…”.
El texto en comento refiere además que más allá de resultados financieros negativos, los operadores bursátiles cuestionan los datos que ha ofrecido la firma a la que acusan de inconsistencias e incluso de proveer información falsa, independientemente de los efectos negativos de la apuesta política de la aerolínea, por ejemplo, al respaldar la puesta en operación del nuevo aeropuerto “Felipe Ángeles”, más allá de algunas temerarias acciones de promoción de políticas aeronáuticas de cielos abiertos, algo que se concluye, no fue muy bien visto por los inversionistas.
¿A quién sorprende esto?
Por lo menos a quien firma esta nota no, especialmente si tomamos en cuenta que una y otra vez ha comentado, ya sea de viva voz o por medio de columnas como esta, lo complejo que resulta “el negocio” del aerotransporte, el cual se caracteriza por niveles de riesgos, especialmente financieros, extraordinariamente altos, tanto que invertir en él pone a temblar la mano hasta del más acaudalado capitalista.
Si a lo anterior le agregamos las innecesarias presiones que suponen navegar en los cielos de una mal llamada “Cuarta Transformación”, que pareciera tener una agenda particular contra la aviación civil privada mexicana, el escenario, no solamente para la de Enrique Beltranena, al que nadie puede quitarle el mérito como gran directivo del medio de transporte por aire de pasajeros y carga, sino para cualquier otra aerolínea de bandera mexicana no es el ideal, la reticencia de los capitales de respaldar sus títulos en Bolsa es por demás comprensible.
En una nota publicada por este mismo prestigiado portal de noticias del sector del transporte el 2 de mayo del año 2018, afirmé que “a la luz de los no tan favorables resultados financieros conocidos, que algunas aerolíneas mexicanas han registrado en los últimos meses, caso por ejemplo de Volaris que reportó una pérdida neta de mil 118 millones de pesos en el primer trimestre del 2018, llevando a su acción cotizada en la Bolsa Mexicana de Valores a niveles mínimos desde el cierre del año 2014, atribuibles, se afirma, al aumento del precio de los combustibles” y cuidado, y aquí está lo relevante en lo que ha transpirado: “a la intensa competencia en el sector aéreo”, sigo creyendo que veremos consolidación en la oferta de aerotransporte en México, especialmente procedente del extranjero, condición que se agravó en lo que toca al tráfico internacional severamente con la degradación de la categoría en la capacidad de gestión de la seguridad operativa de la autoridad aeronáutica mexicana por parte de su contraparte al norte del río Bravo, restando competitividad y participación de las operadoras mexicanas, nada menos que en el principal mercado internacional de la aviación comercial mundial que el México-norteamericano, algo que se está repitiendo en el ámbito nacional conforme el Estado por medio de la Secretaría de la Defensa Nacional hace esfuerzos para penetrar en el mercado con una aerolínea con fuertes visos de estar siendo beneficiada de apoyos no se puede descartar no muy éticos y por ahí hasta fuera de la ley, impactando de manera artificial en los mejores intereses nacionales de que la competencia entre los tiradores en un mercado tenga bases efectivas de equilibrio y protección contra monopolios, palabra que resulta evidente le genera tirria a un López Obrador, empecinado como buen echeverrista y por ende maoísta en crear un estado todo poderoso con él a la cabeza en el que contrapesos como el que representa en el caso de los agentes dominantes, públicos o privados la Comisión Federal de Competencia Económica, organismo que ha dejado claro quiere desaparecer. De por sí el aerotransporte es un negocio en el que los monopolios suelen ser naturales como para que ahora el binomio moreno-militar pretendan aprovechar ventajas competitivas a las que no tienen acceso sus oponentes comerciales.
Sobra decir que el que una aerolínea tan importante como Volaris tenga problemas no es una buena noticia para el aerotransporte mexicano, de ahí que este analista aproveche este generoso espacio editorial para desearle a esta operadora que aquello que le afecta en la actualidad deje de hacerlo en el corto plazo.
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