La francesa Flying Whales está convencida de que los dirigibles aún tienen un papel protagónico que interpretar, pero ahora en el movimiento de mercancías.
Tan segura está que se encuentra en la antesala del inicio de la construcción de una primera planta de ensamble de estos zepelines en Francia -enero o febrero de 2024-, donde estarían implicadas unas 40 compañías de la industria aeronáutica, entre ellas las gigantes Airbus, Boeing, Embraer y Safran, quienes han apoyado con el diseño, la tecnología y la proveeduría.
Sus impulsores han dicho que en los primeros años se tiene planeado fabricar al menos unos 160 dirigibles que serán dispuestos en países donde han observado un amplio potencial de mercado, como el mexicano.
“Será la aeronave voladora más grande del mundo (200 metros de largo)”, de acuerdo con Argann Simonin, gerente de Mercado de Flying Whales, quien explicó a través de un webinar, organizado por la Asociación Mexicana de Logística y Cadena de Suministro (AML) y el Instituto Mexicano del Transporte (IMT), que se tienen identificados mercados como el de energía (con el traslado de palas de viento), madera (movimiento de troncos), construcción y desarrollo (más que nada en zonas remotas), industria (carga pesada y voluminosa), movimiento de contenedores, así como de ayuda humanitaria y socorro.
Por su parte, Habiba Idiri, directora para las Américas de Flying Whales, explicó que cada dirigible podría ser capaz de transportar hasta 60 toneladas de mercancías. Además, una de las bondades de su proyecto es que los dirigibles no necesitan de infraestructura para aterrizar, ya que las maniobras de carga y descarga lo pueden realizar desde el aire.
Otro punto que destacó es la característica sustentable de su modelo, ya que el dirigible, de una estructura de carbono, utilizaría helio, “un gas muy seguro”, y se impulsaría a través de un motor eléctrico.
A la par del inicio de la producción, Flying Whales se encuentra trabajando en la obtención de la certificación por parte de las autoridades europeas, con la que prevé operar comercialmente en 2027.
Hasta al momento, el proyecto ha sido impulsado por financiamiento público y privado. En 2022 lanzó su tercera recaudación de fondos en donde obtuvieron 122 millones de euros.
Cada dirigible tendrá su propia base de mantenimiento, en México se planean tres de ellas.
“Pensamos es implementar tres dirigibles en México en 2028 (en el norte, el centro y el sur). El del norte transportará mercancías entre México y Estados Unidos, por ejemplo, contenedores, instalar parques eólicos, sector minero, gas y otras industrias; el que está en el centro trabajará en la Sierra Madre Occidental en el sector eólico, forestal, minero y alrededor de Ciudad de México con las industrias de la región; el del sur nos permitirá ir a Centroamérica, conectar a personas aisladas por ejemplo en Oaxaca”, afirmó Argann Simonin.
Los dirigibles podrían volar a una velocidad de hasta 100 kilómetros por hora y contar con una autonomía de mil kilómetros. “Nuestro núcleo de mercado está en la última milla de los últimos kilómetros, no son grandes travesías como los barcos”, dijo.
En tanto, mientras las aeronaves son ensambladas, Flying Wales trabajará de la mano de las autoridades de cada país para obtener los permisos necesarios para realizar actividades de carga y descarga bajo su modelo operativo, y también están desarrollando su propio escuadrón de pilotos con una formación dedicada para estas aeronaves.
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