En el comunicado compartido por el organismo, refiere que en el lapso enero–febrero, la producción de unidades pesadas se ubicó en 21 mil 693 unidades, lo que representa un 12.9% de incremento, situación que Miguel Elizalde, Presidente Ejecutivo de ANPACT, reconoce como favorable, pero “no podemos hablar de una recuperación total del mercado”.
Si las cifras de 2018 se comparan contra 2015 cuando se alcanzaron cifras históricas de 31 mil 411, es decir, nueve mil 718 unidades más, representa una caída de 30% en los periodos mencionados.
De la producción lograda en el primer bimestre, ocho mil 120 fueron camiones y 12 mil 693 tractocamiones.
En cuanto a las exportaciones, en el primer bimestre se enviaron al exterior 18 mil 887 unidades, esto fue 29.5% más que las 14 mil 583 del año anterior.
De la misma forma, al llevar las 18 mil 887 frente al volumen exportado en 2015 cuando se colocaron 26 mil 780 unidades en mercados internacionales, la caída es de 29.5 por ciento.
“En México seguimos sin contar con la infraestructura para comercializar internamente las tecnologías que exportamos, particularmente en lo que toca a la disponibilidad del diésel de ultra bajo azufre. Tenemos una flota con una edad promedio de más de 18 años y un mercado interno cuya demanda corresponde tan sólo al 62.2% de la demanda potencial”, expresó Miguel Elizalde.
Este año se actualizó la NOM-044 de emisiones de motores a diésel , por lo cual, Elizalde reconoce que será un año de retos para el autotransporte, a lo que se suman otros elementos como el proceso electoral, el robo al autotransporte y la indefinición de incentivos. “Impulsar la industria automotriz de pesados, es impulsar la economía nacional”, aseveró.
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