La implementación del servicio de trenes de pasajeros en México no tiene ningún impedimento legal para llevarlo a cabo, por ello no es necesaria la iniciativa de reforma que fue enviada a la Cámara de Diputados por el Gobierno mexicano.
“No estimamos que sea necesario reformar la Constitución para lograr que se reactive el servicio de pasajeros por ferrocarril en todo el país, pues no existe impedimento legal alguno para hacerlo. En realidad se trata de un proyecto cuya factibilidad solo depende de la disponibilidad de recursos económicos y de su viabilidad financiera”, dijo Carlos Barreda Westphal, representante comercial de Stella-Jones en México.
En entrevista con T21, reiteró que en la Constitución ya prevé a este medio de transporte como una actividad prioritaria para el desarrollo del país, y con base en ello es que el gobierno ha regido su funcionamiento reservándose el dominio de las vías, con el propósito de garantizar la seguridad nacional y soberanía.
El pasado 5 de febrero, la Secretaría de Gobernación presentó a la Cámara de Diputados para su análisis, debate y, en su caso, aprobación, 20 iniciativas de reforma constitucionales, entre ellas utilizar los 18 mil kilómetros de vías férreas para trenes de pasajeros, concesionados durante el gobierno del expresidente Ernesto Zedillo y que actualmente son destinados únicamente al transporte de carga.
En este sentido, sostuvo que sería el Estado mexicano que retome el derecho de utilizar las vías ferroviarias para el transporte de pasajeros al reconocerle como área prioritaria para el desarrollo nacional.
“Los concesionarios o permisionarios del servicio de transporte de carga deben dar preferencia al de pasajeros”, aseguró.
El especialista precisó que lo más razonable, aunque no necesario, sería una adición al contenido de la Ley Reglamentaria del Servicio Ferroviario por cuanto a la prestación y operación integral y conjunta del servicio de carga y pasajeros en las vías existentes.
“El Gobierno federal debe evaluar, con base en la infraestructura ferroviaria existente y el ‘momentum’ que el país vive (nearshoring), si será mejor para el desarrollo económico del país el buscar la forma de incrementar la capacidad de carga que facilite el intercambio comercial con el mercado norteamericano, o insistir en la movilidad de la población cuya necesidad aún no se tiene del todo clara”, precisó.
Cabe recordar que el pasado 20 de noviembre se publicó un decreto que establece el uso de 17 mil 484 kilómetros de vías férreas, instalaciones y estaciones para el servicio de trenes de pasajeros, luego de la privatización del transporte exclusivo de carga ocurrida en 1995.
Benjamín Alemán Castilla, socio fundador de Alttrac y extitular de la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF), aseguró que dentro de la ley, reglamento y concesión se contemplan que en cualquier momento el gobierno pueda asignar el servicio de pasajeros sobre las mismas vías concesionadas a carga y también se establece que es prioritario sobre el de carga.
Sin embargo, consideró que el problema empieza en obligar a las ferroviarias a meter esta prestación en toda la red, ya que está fuera de proporción y no es necesario ni competitivo en todas las rutas.
“Hace falta un ejercicio de evaluación, análisis de viabilidad no solo económica sino también financiera y rentabilidad social. El tren de pasajeros es deficitario en todos lados, salvo en contadas situaciones y no va a hacer la excepción en México. El Tren Maya va a necesitar un subsidio porque lo que se cobre a los pasajeros no será suficiente para el mantenimiento de toda la infraestructura y el retorno de capital”, dijo en su momento.
El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que al final de su sexenio quedarán habilitados más de dos mil kilómetros de vías férreas para trenes de pasajeros, entre los que se encuentran los proyectos del Tren Maya y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.
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