El funcionario se refirió a proyectos como la construcción de las carreteras México-Tuxpan y la expansión de la Mérida-Cancún, en las cuales se estima el uso de una cifra cercana a los 10 mil mdp.
Para el sector portuario se habló de mil millones de pesos en la ampliación del puerto de Lázaro Cárdenas, 400 mdp en Tuxpan, además de 60 mil mdp para la ampliación del puerto de Veracruz.
Destacan los 77 mil mdp que costarán dos de los proyectos ferroviarios para el traslado de pasajeros: 42 mil mdp en el tren que una a la ciudad de México y Querétaro y 35 mil mdp para el tren que conectará la capital del país con Toluca, un proyecto ocioso pues hay bastante oferta en transporte público en esa ruta a precios cómodos para el usuario, además de una autopista que permite al conductor estar entre ambas ciudades en 40 minutos.
Parece más un interés político que un proyecto social el construir un tren a Toluca cuando hay estudios que hablan de la inminente saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
El gobierno federal ha prestado oídos sordos al llamado que hace la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero), la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) y el Colegio de Pilotos Aviadores de México, entre otros, pues el número de operaciones que muestra el AICM se acerca a los niveles de saturación expuestos en un estudio del Instituto Mexicano del Transporte (órgano descentralizado de la SCT), el cual da como fecha límite octubre del 2015.
En charla con Luis Zarate, presidente de la CMIC, me comentaba que para construir un nuevo aeródromo se necesitan unos cinco años de construcción y 5 mil millones de dólares (unos 65 mil mdp al tipo de cambio actual).
Por el momento, la principal apuesta del gobierno de Enrique Peña Nieto al problema de la saturación del AICM es el desahogar la operación a través del sistema Metropolitano de Aeropuertos, que comprende al de Toluca, en el Estado de México, Cuernavaca en Morelos, además de los de Puebla y Querétaro.
Estos cuatro aeródromos en su conjunto captaron poco más de 1.5 millones de pasajeros en cerca de 127 mil operaciones el año pasado, mientras que el AICM, también conocido como ‘Benito Juárez’ atendió a 29.5 millones de pasajeros en cerca de 378 mil vuelos y, según estimaciones de los expertos, tendrá un ritmo de crecimiento promedio anual de entre 3 y 4 por ciento.
Los cuatro aeropuertos que se ubican alrededor de la capital del país solo pueden ser una alternativa, más no una solución. Puebla, con su autopista siempre en construcción, tiene constantes problemas de cancelación de vuelos por la lluvia de cenizas del volcán Popocatepetl; Querétaro se ubica a más de 200 kilómetros de la capital del país y se ha enfocado más al movimiento de carga, mientras que Cuernavaca tiene un problema de vías de comunicación y su vocación va más centrada a vuelos ejecutivos que comerciales y Toluca puede ser la mejor opción complementaria, aunque solo para el turismo nacional, pues la altura de la ciudad no le permite recibir grandes aeronaves.
Un analista me comentaba que el transporte aéreo desde el punto de vista social es un tanto elitista, por ello, la opción político-social más rentable para la actual administración es el desarrollo de trenes, pero los trenes deberán ser rápidos y en conexión con los aeropuertos alternos. Sin embargo y de acuerdo al plan que dio a conocer la SCT hace unos días, el tren a Toluca ni siquiera contempla una estación en el aeropuerto.
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