Y es que las malas noticias en materia aeronáutica en varios frentes dentro y fuera de México que ha traído el año, comenzando con lo que está ocurriendo con el Boeing 737 MAX, sin duda han nublado el panorama.
Recordar aniversarios importantes brinda la oportunidad, por lo menos para quien firma este comentario, de incluir entre sus entregas editoriales algunos textos de corte agradable.
Una nota sin duda positiva es la celebración este 19 de agosto de los primeros cincuenta años de vida de la más importante empresa de construcciones de América Latina: la Empresa Brasileira de Aeronáutica, S.A., mejor conocida como Embraer.
Esta entidad es considerada el tercer fabricante de aeronaves más importante del orbe, solamente detrás de Boeing y de Airbus, hoy día controlada por capitales privados dentro y fuera del Brasil, luego de que el gobierno de esa nación, originalmente tenedor de la mayoría de sus acciones (51%), decidiese limitar su participación a un muy bajo, pero estratégico porcentaje, que hace que la empresa mantenga su carácter de empresa de participación estatal, permitiendo al gobierno federal ejercer, entre otras prerrogativas propias de este tipo de empresas, derechos de veto en lo que toca a la venta de cierta tecnología a determinados países.
Con base en San José dos Campos, San Paulo, Brasil, Embraer, a lo largo de su historia, ha atendido con éxito una parte interesante de la demanda global de aeronaves comerciales, militares, ejecutivas y agrícolas, habiendo entregado ya más de ocho mil aeronaves, algunas de las cuales ha producido también en Melbourne, Florida, en los Estados Unidos. Emplea unas 18 mil personas.
Hacia finales de 2019 debe concluir el proceso de compra por parte de Boeing del 80% de su división de aeronaves comerciales, la cual se denominará “Boeing Brasil-Commercial”.
Si bien contando con algo tan difícil de encontrar en América Latina como es un mercado interno con suficiente tamaño como para justificar el establecimiento una industria nacional diseño y fabricación de bienes alto valor y moderna tecnología, lo cierto es que Embraer es una muestra de que en naciones en la categoría en la que se encuentra Brasil, es decir, grandes economías sin llegar a ser superpotencias, es posible desarrollar este tipo de industrias de manera rentable, que entre otros beneficios, generan empleos directos altamente remunerados, avanzan la tecnología, incentivan la economía e incrementan el prestigio nacional.
Es así que, invocando el recuerdo de uno de los más humanos y valiosos héroes aeronáuticos, el brasileño Alberto Santos-Dumont, me uno a la celebración de la industria aérea de esa hermosa nación, cuya joya ya presume con orgullo sus alas de oro.
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