Cargueros procedentes de Europa, Asia, el Medio Oriente, Estados Unidos se suman a vuelos procedentes de América Latina y del propio Brasil para convertir a Viracopos en el segundo aeropuerto carguero más importante de esa basta y maravillosa nación, dominando su tráfico internacional y reduciendo presiones para el congestionado Guarulhos en el que la carga llega y sale principalmente en las bodegas de aeronaves en servicio de pasajeros.
Una diferencia sustancial entre el tráfico aéreo de pasajeros y el de carga a nivel global es que el primero tiende a operar en terminales en un rango de distancia no mayor a las dos horas desde el lugar de residencia o destino y el aeropuerto, mientras que la carga atiende una demanda en un rango de hasta 24 horas de viaje, ampliando su cobertura facilitada por el intermodalismo asociado al empleo de vehículos terrestres como parte de un tránsito en base a un mismo título de transporte que incluye el aéreo y el terrestre.
De esta manera, aeropuertos como Liepzig en Alemania, Hamilton en Canadá y Zaragoza en España están atrayendo crecientes embarques y operaciones que uno podría pensar pasarían por terminales como Francfort, Toronto, Madrid o Barcelona.
¿Por qué no hacer lo mismo en la Ciudad de México donde ya tenemos un virtual Viracopos a escasos 150 kilómetros de distancia? Me refiero al Aeropuerto Intercontinental de Querétaro (QRO/MMQT) que cuenta con excelentes instalaciones en su lado aire (pistas, calles de rodaje y plataformas), capaces de recibir sin problema las aeronaves más grandes actualmente en operación, incluyendo claro está, esos Boeing 747-8F que emplean en los aeropuertos de México cargueras como Cargolux, Atlas (Panalpina) y Cathay Pacific.
Puesto en operación en el año 2004 ha encontrado en la carga una manera de justificar su cuantiosa inversión, ofreciendo operación virtualmente sin restricciones medioambientales, ni congestionamientos, las 24 horas del día, todo el año.
Adecuarlo para atender algunos cargueros dedicados que actualmente vuelan en el Aeropuerto Internacional “Benito Juárez” de la Ciudad de México (MEX/MMMX) o los que se quisieran agregar a ese mercado, supondría inversiones poco onerosas, en la que de por sí es una excelente infraestructura, relacionadas principalmente a ampliaciones en su lado tierra (almacenes, aduana y algunas vialidades y estacionamientos).
Utilizar Querétaro colocaría a los embarques en una posición estratégica en el centro de nuestro territorio nacional y su gran industria automotriz, por cierto altamente consumidora de aerotransporte; una parte del país excelentemente conectada por autopistas que la unen con el Valle de México, Puebla, Toluca y claro está, el Bajío, región en la este estado es considerado puerta de entrada, impactando en la producción de San Luis Potosí y Guanajuato.
Es así que conforme la capacidad del aeropuerto de la capital de la república siga siendo presionada por la demanda, y hasta que el nuevo aeropuerto para el Valle de México esté listo para atenderla, creo que es tiempo que, en materia de tráfico de carga, se le dé una nueva mirada a lo que Querétaro ofrece.
Estoy seguro que los operadores quedarán impresionados, los clientes estarían satisfechos y todos saldríamos beneficiados.
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