De esta manera, Qatar se suma a la oferta de capacidad de carga de Emirates entre el Medio Oriente y México, haciendo escalas con ciertos derechos de tráfico en Europa y los Estados Unidos, notablemente en Luxemburgo, importante en este contexto, toda vez que es la sede de Cargolux, aerolínea en la que alguna vez invirtió Qatar y con la que va a competir.
Pero hoy no pretendo comentar lo que a todas luces es una noticia importante desde la perspectiva logística sino desde la perspectiva aeronáutica, en particular desde la perspectiva de la cabina de mando del avión.
Y es que entre los candidatos a realizar ese primer vuelo está un amigo que además es mi tocayo: Juan. La suya es una historia digna de contarse debido a que habla mucho, y no necesariamente bien, de lo que enfrentan los pilotos mexicanos en la actualidad, muchos de los cuales han tenido que emigrar tan lejos como Asia para tener trabajo, a veces alejándose de sus familias.
Luego de obtener su licencia hace más de 30 años, Juan logró finalmente ingresar a Aeroméxico donde lo vi volando McDonnell Douglas MD-80´s. El “Canto de la Sirena” lo invitó a volar el mismo equipo en Latur, la chartera turística propiedad de los pilotos sindicalizados de México, muchos de los cuales, entre ellos mi tocayo, terminaron en TAESA a partir de 1992, cuando Latur dejó de operar por problemas financieros y gremiales.
Un día me lo encontré ya de Comandante de ese único Boeing 767-300 que operó en los colores de la aerolínea de Alberto Abed, que dejó de volar en 1999 luego de un fatal accidente de uno de los Douglas DC-9 en Uruapan, Michoacán.
Le perdí la pista, pero no descarto que haya sido parte de otra malograda aerolínea mexicana: Líneas Aéreas Azteca, que a su vez se quedó con buena parte de lo que fue TAESA, a la que trató de emular, aventura que terminó con la fortuna de su principal accionista.
“Juanito” fue un importante piloto en la estructura de Aviacsa, otra gran aerolínea mexicana que ahora forma parte del recuerdo en el panteón aeronáutico nacional. Me entero que también pasó por los Airbus A320 de Interjet… ¡Vaya bitácora!
Hace unos meses me envió un mensaje por medio de una red social invitándome a ir a visitarlo a Doha, donde reside. Desde entonces cada vez que veo una foto de un 777 de Qatar pienso en mi tocayo y es que la verdad lo aprecio y respeto por su tenacidad.
Me imagino el orgullo que va a sentir cuando aterrice un 777 qatarí en la pista 05 del “Benito Juárez”. Se lo merece; ha pasado por mucho y ha luchado desde muy joven por tener su espacio en una cabina de vuelo. Además como pocos, ha vivido tan de cerca esa realidad plagada de claroscuros, de la historia moderna de las aerolíneas mexicanas.