Actitud creativa, inteligente y valiente la de Herb Kelleher y su equipo que desde 1971 desafiaron en todos los frentes a las grandes aerolíneas norteamericanas, comenzando por las que dominaban los cielos texanos en los que nació Southwest y las que hicieron lo imposible por ponerla en tierra. Irónicamente, mientras Southwest creció hasta convertirse, virtualmente sin alianzas interlineales, nada menos que en la cuarta aerolínea más grande del mundo en número de pasajeros transportados, sus competidores fueron desapareciendo, han entrado y salido del capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos o han tenido que fusionarse para mantenerse y sobrevivir. Paradójica y disciplinada, no encuentro otras palabra para definir a una aerolínea tan conservadora en tantos sentidos como esta, que logró crecer venciendo convencionalismos.
Fiel a su esencia desde que comenzó a volar, su administración ha sido responsable, tenaz, independiente y enfocada, reflejando la personalidad de Kelleher, que no tuvo reparos en imponer conceptos verdaderamente innovadores en la manera de promover comercializar y operar. Insisto, siempre disciplinadamente, lo cual se refleja en la conformación de su flota entorno al Boeing 737, modelo del que es el mayor operador del mundo. No me sorprende que hayan tenido que pasar 43 años para que Southwest finalmente vuele en México.
¿Y por qué no antes? La razón tiene que ver con aquello impidió que las aerolíneas de bajo costo detonasen en México antes. De hecho, no estoy tan convencido que lo estén haciendo aún cuando VivaAerobus (en mi opinión la única aerolínea que opera bajo el modelo “low cost”) en México pudiera estar resultando exitosa. Y es que en mi opinión no están dadas las condiciones laborales, tecnológicas, aeroportuarias y culturales en México para que una aerolínea que siga modelos “low cost” haga lo que han hecho en otros mercados una Ryanair en Europa, por ejemplo. Más que con cambios en los cielos de México, la llegada de Southwest al mercado mexicano coincide con la transformación y madurez de la aerolínea, que cada día se parece más a una tradicional.
Influye indiscutiblemente el que Southwest haya comprado a AirTran, de la que hereda sus rutas mexicanas. Si bien es relevante la noticia, no preveo que la llegada de Southwest al país tenga un impacto en el mercado nacional, por lo menos en el corto plazo como el que suele tener su llegada en los mercados domésticos norteamericanos que sirve y en los que en muchos casos termina dictando las reglas del juego. En cualquier caso bienvenida a México Southwest.