Cada quien habla de los accidentes dependiendo de su nivel de conocimiento de los mismos y de su área de competencia dentro de una compañía o bien como parte de su función como es el caso de los fiscales y peritos encargados de atender los mismos. Entonces tendremos el lenguaje que utiliza el Ajustador de la compañía de seguros basado en un manual de deslinde y enfocado a buscar la responsabilidad del siniestro y valuación del mismo, después tendremos los términos legales que se manejaran en una carpeta de investigación y el peritaje correspondiente que se elabore sobre el mismo.
En una empresa es muy importante que haya una persona por lo menos que conozca a fondo la metodología y el lenguaje adecuado para hablar de accidentes para hablar correctamente respecto de los mismos pero sobre todo para identificar las causas, omisiones o errores que se cometen no solo por el operador, recordemos que toda la organización es responsable de la seguridad y cuando analizamos los accidentes desde el punto de vista de la accidentología tenemos que ver involucrar al conductor, al vehículo y al medio ambiente.
Si alguien es capaz de entender el accidente y encontrar sus causas endógoneas y exógenas, esta persona será capaz y una pieza fundamental en el diseño de una estrategia que permita reducir el numero e impacto de los accidentes para las empresas, se volverá un referente fundamental en la organización y su opinión tendrá un gran valor tanto moral, como técnico ya que es un experto.
Si queremos atender el tema de la seguridad vial laboral con seriedad y profesionalismo necesitamos un experto en casa que realmente cuente con todo el conocimiento necesario y sobre todo liderazgo para diseñar e implementar dentro de la empresa un plan a largo plazo cuyos resultados se traduzcan en preservar la vida, reducir pérdidas de perdidas e incrementar el valor de nuestra marca.
Supongamos por un momento que en cada familia de nuestro país existiera por así determinarlo una norma, un miembro que tuviera un conocimiento suficiente en nutrición, nada volvería a ser igual que antes, sentados a la mesa existiría alguien que con conocimiento de causa nos estaría diciendo si nos alimentamos con muchos carbohidratos, excesivas azucares o grasas o bien si nuestra dieta esta siendo adecuada y produciendo resultados satisfactorios para la salud de la familia en general. Se elevaría también nuestro nivel de conversación y entenderíamos con mayor claridad los fundamentos básicos de la la nutrición. Exactamente lo mismo ocurriría en una empresa cuanto tenemos uno o mas expertos en accidentes de vehículos de transporte.
Por esa razón nos dimos a la tarea de diseñar el primer diplomado en hechos de transito del trasporte de carga en el IPRESET, con un programa de 7 módulos a través de los cuales los participantes adquirirán todos los conocimientos necesarios para analizar los accidentes, sistematizar información, diseñar e implementar estrategias de seguridad vial laboral. Los asistentes podrán optar por obtener una certificación ante la SEP para poder presentar peritajes ante autoridades judiciales.
Regresando a la comparación que utilice como ejemplo, nada será igual y el nivel de conocimiento y de discusión sobre los accidentes será completamente distinto cuando una empresa dedicada al transporte de carga cuente en su organigrama con un experto en accidentología y seguridad vial laboral.
Con esto daremos un paso muy importante también en el replanteamiento de nuestra relación con el conductor, gestionar la seguridad vial en una empresa va mas allá de repartir culpas y sanciones. Todos somos responsables de la seguridad y todos debemos de comprometernos con ella por el bien propio, de la sociedad y de la empresa. Los accidentes no son culpa de un error de conducción del operador, son producto de vicios organizacionales en la mayoría de los casos y es una responsabilidad compartida que se puede llevar con gran dignidad y entusiasmo pero sobre todo conocimiento y liderazgo. Esta es precisamente el secreto del éxito de las empresas con niveles adecuados de siniestralidad.
Autor de esta columna:
Enrique Beltrán Mena
Presidente IPRESET
ebeltran@ipreset.mx