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Dicen que no hay plazo que no se cumpla. El pasado de 3 de febrero, el Gobierno federal publicó el decreto que establece el cierre del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) para vuelos de carga. Con esto, las aerolíneas iniciarán su mudanza obligada al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
¿Realmente están las condiciones e infraestructura logística y aduanera para que los concesionarios y permisionarios de servicio de transporte de carga aérea se muden en un plazo de 108 días hábiles al AIFA, tal y como lo establece el decreto?
En septiembre de 2022, en este mismo espacio comentábamos que el AIFA no emprendía su vuelo debido al bajo número de operaciones de carga y de pasajeros, lo que predecía una subutilización de las instalaciones que fueron inauguradas el 21 de marzo de 2022.
También en septiembre de 2022, Air France declinó operar desde el AIFA por la falta de conectividad y porque no se alineaba con su modelo de negocios. Esta postura la mantuvo hasta enero de este año. Grupo Avianca, Tampa Carga y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) también manifestaron su rechazo. No obstante, todo cambió con la entrada en vigor del decreto.
El año pasado, las autoridades rechazaron tajantemente que se fuera a emitir algún decreto que obligara a las aerolíneas tanto de carga como de pasaje a volar desde el AIFA. Se hablaba de “acuerdos” entre las autoridades del gobierno federal y las aerolíneas para que los vuelos de carga doméstica y de chárter migraran sus operaciones al AIFA.
Hoy la realidad es otra. Unos consideran que es un “madruguete” del gobierno, y él lo llama “adelanto del decreto” para dar más tiempo a las empresas para su mudanza. Inicialmente eran 90 días para hacer la transición de operaciones y ahora el plazo se amplió a 108 días.
Quedaron exceptuadas aquellas compañías que presten servicios combinados de pasajeros y de carga, siempre y cuando la carga sea transportada en las “panzas” de las aeronaves, en donde viajan los pasajeros.
¿Qué han hecho las empresas cargueras? A partir del 28 de febrero de este año DHL Express inició operaciones en el AIFA con la llegada de un nuevo vuelo; aunque ha dicho que mantendrá sus operaciones de carga en los vuelos de pasajeros que operan en el AICM. Operar desde los dos aeropuertos no es rentable para otras compañías.
UPS también ha declarado que el mercado mexicano es clave para sus operaciones y es respetuoso de las leyes e instituciones, por lo que ha adecuado su modelo de negocios para operar desde el AIFA. Por otra parte, Estafeta, aunque acatará los designios del gobierno, señaló que necesita al menos año y medio para hacer las inversiones necesarias para completar el cambio. Cabe destacar que existen empresas que empezaron con los preparativos para la mudanza desde julio de 2022, pero son pocas.
Es una realidad que el AICM ya está saturado, tanto para la operación de carga como de pasaje y no puede seguir en esas condiciones. La necesidad de un nuevo aeropuerto no es reciente, es de años atrás. Y la actual administración gubernamental creó el AIFA con el objetivo de desahogar las operaciones del AICM.
Sin embargo, no es la forma en cómo el Gobierno federal “invita” a las empresas a trasladar sus operaciones al AIFA. Las compañías no tienen la opción de elegir en dónde prestar sus servicios, otras argumentan que han invertido en recintos fiscalizados dentro del AICM y tienen compromisos de entrega de mercancía con clientes que atienden desde el AICM.
Por otra parte, las empresas que mueven carga vía carretera y prestan servicios logísticos consideran que la infraestructura y las vías de comunicación para llegar al AIFA no son idóneas, pues falta mejorar la conectividad, así como mayor seguridad en las vías, como por ejemplo el Circuito Exterior Mexiquense.
Las empresas de mensajería y paquetería aseguran que la migración provocará un impacto no solo en la carga aérea, sino en las entregas de última milla, pues consideran que las adecuaciones que se tienen que hacer al interior del AIFA modifican toda la cadena de suministro. Además, el hecho de que el AIFA esté alejado de sus centros de operación elevará sus costos operativos, los cuales se trasladarán al cliente final.
IATA también tuvo que acatar el decreto y ya trabaja en conjunto con las autoridades mexicanas para desarrollar un plan de trabajo que garantice el proceso de transición. Señaló que la terminal cuenta con la infraestructura necesaria, pero dijo en un comunicado a principios de febrero que le faltan detalles, pues el equipo para el manejo de carga de importación y exportación está en proceso de instalación y en pruebas.
Los agentes aduanales de la CAAAREM también ya están alineados y se dicen listos para trabajar desde la aduana 50 del AIFA con sistemas tecnológicos en funcionamiento desde hace seis meses.
Confiamos en que las instalaciones del AIFA funcionen de manera eficiente en el manejo de carga y pasaje, que se cumplan con las condiciones aduaneras y logísticas que prometió el gobierno federal y que se abran nuevas vías para eficientar la llegada y salida de los camiones de carga y de pasajeros.
Necesitamos un aeropuerto funcional y rentable y que la mudanza obligatoria y el decreto fast track sea en beneficio del comercio exterior en México.
Te invito a leer mi columna anterior: Inseguridad en carretera: un problema de peso que resolver
Diego Sahagún es especialista en comercio exterior, logística internacional, administración logística, cadena de suministro y análisis financiero. Actualmente se desempeña como Joint CEO de Aduaeasy.
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