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El financiamiento representa un punto clave para el crecimiento, el mantenimiento y hasta para la supervivencia de una empresa. Además de permitir el emprendimiento, el financiamiento ayuda a estabilizar el flujo de efectivo y hasta abre la posibilidad de innovar e invertir en aspectos que incrementen la competitividad, pues, en el mercado actual, la empresa que se rezague, es la que pierde oportunidades de crecimiento.
Sin embargo, el financiamiento sigue siendo una gran interrogante para los emprendedores, sin mencionar las limitantes que existen aún para su acceso.
En el mercado existe una diversidad de opciones y, aunque tradicionalmente la primera opción que se considera es el crédito bancario, no todo el financiamiento es deuda o solicita garantías comprometedoras, al tiempo que no todo es para comprar flotillas o renovar una planta.
Hemos ubicado que cada vez más empresas recurren a fuentes variadas y razonadas de financiamiento, acordes al objetivo que tenga el capital a ser utilizado.
En nuestra “Encuesta anual sobre retos y perspectivas para las PyMEs mexicanas”, encontramos que el 50% de los empresarios encuestados recurrió a un préstamo para aspectos básicos como el capital de trabajo.
De estos, el 36% de las empresas usaron créditos bancarios para su financiamiento, mientras que el 32% recurrió al factoraje, el 12% al financiamiento con proveedores y otro 12% a los préstamos familiares.
En contraparte, de acuerdo con el informe “Evolución del Financiamiento a las Empresas” del Banco de México, durante el cuarto trimestre de 2021, el 67.4% de las empresas encuestadas señaló que utilizó financiamiento de proveedores, 36.1% recurrió a un crédito a través de la banca comercial y el 15.8% utilizó financiamiento por parte de otras empresas.
Para elegir la mejor fuente de financiamiento, recomendamos que las empresas tengan claridad sobre el objetivo del capital que solicitarán. Con base en ello, deberán elegir la opción de crédito más rentable en términos de intereses a pagar, montos y plazos.
Esto quiere decir que según el tipo de gastos requeridos por una empresa se elegirá el método de financiamiento.
Por ello, te compartimos algunas de las principales fuentes por las que puedes optar para financiar a tu organización y en qué consisten:
Efectivo y capital
Si cuentas con tus propias fuentes de financiamiento es posible realizar inversiones personales disponiendo de capital, es decir, el dinero que todos los inversionistas dieron desde el principio.
Aunque las empresas pueden disponer de fondos efectivos libremente, es importante recordar que esta es la fuente de capital más cara ya que si se vende una parte de la compañía por cualquier motivo, el retorno sobre lo que la empresa genera sería menor al propiciado por préstamos. Además, este tipo de financiamiento suele ser más volátil y difícil de predecir, por lo que el flujo de efectivo varía constantemente.
Crédito simple
Si lo que deseas es conseguir una fuente de financiamiento de forma rápida, los préstamos tradicionales son lo ideal para tu empresa. Este tipo de crédito se basa en la obtención de una cantidad de dinero a cambio de una promesa de pago en el futuro, con plazos y gravado con una serie de intereses que dependerán del tipo de crédito, los montos y plazos.
Sin embargo, existen ciertos requisitos que suelen complicar la aprobación de este tipo de solicitudes de crédito, sobre todo si la fuente emisora es la banca tradicional, es decir, la empresa prestadora pide un activo o colateral con un valor mayor al del préstamo como garantía de pago, más allá de solo la promesa de pagar, hecho que, según la Encuesta Global sobre Financiamiento al Comercio de la Cámara Internacional de Comercio (ICC), limita hasta al 58% de las solicitudes de crédito las Pymes que son rechazadas por los bancos.
Adicionalmente, la optimización de este tipo de financiamiento puede ser compleja, ya que el dinero prestado no es necesariamente el que se requiere mes a mes para realizar operaciones. Así, en algunos meses puede sobrar dinero (lo que implica pagar intereses por dinero no usado) o puede faltar, generando diversos problemas con nóminas y acreedores.
Crédito revolvente o cuenta corriente
En el caso de que necesites dinero para complementar un gasto específico en un periodo de tiempo corto, este tipo de financiamiento ofrece una solución para tu compañía.
Se trata de una línea de crédito en la que se cuenta con un límite autorizado con el cual se puede solicitar únicamente el capital requerido en el momento. Cuando ya no se usa este dinero, se puede pagar de vuelta al banco para evitar intereses sobre el monto.
Es recomendable para financiar el capital de trabajo o mantener liquidez, ya que cuenta con tasas variables o fijas de hasta 12 meses, además, es importante mencionar que en algunas ocasiones puede requerir de un activo colateral.
No obstante, aunque está diseñado para realizar estos pagos, puede ser que no ofrezca la cantidad que requieres, además de que los plazos de acreditación pueden ser mínimo de 3 meses.
Factoraje financiero
Si lo que buscas es una fuente de financiamiento que no requiera un gasto mayor en un tiempo corto o dejar alguna clase de activo por adelantado como garantía, el factoraje es la solución ideal.
Este tipo de financiamiento está diseñado para el capital de trabajo, ya que se realiza a corto plazo y dura solamente el periodo de crédito de la factura. De esta manera, tu empresa puede liberar otras fuentes para invertir en gastos de capital.
A diferencia de los créditos tradicionales, el factoraje es una transacción comercial, ya que un factor (quien ofrece el financiamiento) adelanta el pago de facturas que un comprador va a pagar a crédito. Este método es recomendado para gastos operativos como pago de nóminas, pago a otros proveedores, pago de rentas o de materias primas, entre otras.
Arrendamiento
Caso contrario, si requieres un crédito para la adquisición de equipo de transporte, industrial, médico, de bienes inmuebles o líneas de producción, esta fuente de financiamiento es la mejor para tu empresa.
El arrendamiento es un contrato realizado a un plazo determinado para el uso y goce de algún bien por parte de un cliente, es decir, es una renta ofrecida por una institución a una empresa para el uso de un activo que le puede ayudar a incrementar su capital.
Por consiguiente, es importante que antes de hacer una elección, las compañías se informen de todas las implicaciones de los distintos métodos de financiamiento, hagan una proyección de la empresa, determinen para qué será usado el dinero y con base en ello, tomen decisiones estratégicas e inteligentes para evitar pérdidas.
Te invito a revisar mi columna anterior: Deja atrás la crisis: básicos para recuperar tu cadena de suministro
Gregorio Vázquez actualmente es director comercial en Drip Capital.
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