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En una gran parte de América Latina se ha presentado desde hace algunos años el fenómeno de confluencia entre algunos grupos criminales y la industria minera. Pero si bien hay abundante evidencia sobre la actividad del crimen organizado en las industrias mineras latinoamericanas en los últimos años, este es un fenómeno reciente en México.
Las organizaciones criminales mexicanas en los últimos años han logrado diversificarse en las actividades que llevan a cabo, por ejemplo, tanto organizaciones criminales antiguas, como nuevos grupos, han expandido sus actividades tradicionales. México es uno de los países con mayor producción minera del mundo, es el segundo mayor productor de plata (después de Perú) y uno de los 10 países con mayor producción de oro, cobre, plomo y zinc, entre otros minerales*. De ahí el interés de estos grupos a participar activamente en la extorsión a diferentes comunidades y empresas dedicadas a la industria minera.
La participación criminal en la industria de la explotación minera tiene 2 consecuencias negativas importantes: en primer lugar, la resiliencia de las organizaciones criminales debido a que crean nuevas fuentes de ingresos y nuevos aliados en la comunidad empresarial, lo cual le dificulta al gobierno la tarea de desmantelar estas redes ilegales. Y, en segundo lugar, los grupos criminales se involucran cada vez más en la economía mexicana legal, aumentando la ineficiencia y frenando la prosperidad de toda la nación.
La velocidad y la agilidad con que las organizaciones criminales han integrado la minería a su causa ha sobrepasado la respuesta del gobierno, que se han esforzado por adaptarse a la compleja tarea a la que se enfrentan. Uno de los más grandes retos contra la minería ilegal recae en el logístico, pues implica rastrear el metal a través de su complicada, ya de por sí ,cadena de suministro.
A nivel internacional existen herramientas necesarias para tomar medidas contra la minería ilegal y de las cuales se puede apoyar el sector público y privado. En la actualidad los equipos satelitales son una gran herramienta para ayudar a prevenir la extracción ilegal de minerales, ya que la función de tracking o seguimiento de activos hace posible que los supervisores controlen y conozcan la posición exacta de la maquinaria pesada cada hora.
Por otro lado, los dispositivos con sensores de movimiento permiten el seguimiento de la ruta recorrida por el vehículo, en tiempo real, y el control de las horas de funcionamiento de la maquinaria.
Combatir en contra de esta actividad ilícita no es un camino fácil ni expedito, y México tendrá que mejorar en gran medida sus esfuerzos previos para que pueda brindar resultados positivos. Mientras tanto, se deberán aprovechar las múltiples herramientas a la mano para detener el auge de la minería ilegal; así los estados y el sector privado continúan trabajando para enfrentar al crimen organizado.
*De acuerdo con datos del Inegi.
El autor es Gerente de Canales para México de Globalstar Latinoamérica.
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