La gestión de riesgo en el transporte de carga tiene la meta de mitigar accidentes como vuelcos, colisiones, mojaduras, contaminación, daños durante carga y descarga, y, particularmente, robos.
El incremento en el número de robos, junto con una marcada tendencia alcista de estos crímenes en los últimos años en varios países de Latinoamérica, aceleró la penetración de la gestión de riesgos en la industria. La maduración que cada país ha experimentado, tanto en tendencia como en mitigación, ha sido muy diferente.
En México se reportaron poco más de 17 mil eventos de robo a transporte de carga en 2019, de acuerdo con datos de la Asociación para la Protección de Activos Transportados (TAPA, por su sigla en inglés).
El análisis de TAPA detalla que el 89% de esta clase de robos fue en movimiento, el Estado de México y Puebla acumularon el 59% de estos ilícitos y el sector más afectado fue el de alimentos y bebidas con 39 por ciento.
La situación en México llega a ser tan compleja, que el 68% del total de robos a transporte de carga de América del Norte fue en nuestro país en 2019, de acuerdo con un reporte de la consultora BSI.
La gestión de riesgo dista de ser un seguro. Si bien es un complemento que cualquier empresa debería de tener, la primera trae bondades y cambios profundos para las empresas e industria.
Está comprobado que la gestión de riesgo en el transporte de carga no solo aumenta la seguridad, sino que también mejora la logística de entrega de una compañía.
Muestra de lo anterior se refleja en la eficiencia alcanzada con el uso de la herramienta GPS a través del seguimiento y/o monitoreo activo del viaje. En este punto en particular, también hablamos de la adopción e implementación de tecnología en nuestra empresa, tema que se vuelve indispensable en pleno siglo XXI.
El seguimiento y/o monitoreo del viaje en forma activa es solo una acción que surge de un análisis detallado de la operación logística de transporte que realiza el cliente en su empresa.
El amplio estudio que se hace abarca puntos como análisis de proveedores (empresas transportistas contratadas y/o subcontratadas), análisis de la empresa de seguridad y esquema vigente de protección, análisis de choferes, análisis de ruta de transporte y distribución, horarios de viaje, etc.
Todo ello con la finalidad de determinar los puntos más vulnerables de la cadena logística y, a partir de dicho análisis, generar una matriz de riesgo en conjunto con recomendaciones para fortalecer las partes más endebles de los procesos de las compañías.
Uno de los mitos alrededor de la implementación de estas medidas son los supuestamente elevados costos, al borde de ser considerados como impagables. La realidad es que no todas las recomendaciones implican una inversión por parte del cliente.
En AIG Marine estamos convencidos de que los riesgos durante el transporte no se mitigan a través de incremento de primas de seguro, sino a través de dar más herramientas y datos para hacer frente a las condiciones adversas.
La gestión de riesgo es una técnica efectiva y comprobada en varios países de Latinoamérica, que permite lograr un balance lógico y razonable entre costos de logística, costos de seguridad y costos de seguro.
En las inversiones, la gestión de riesgo ayuda a maximizar los rendimientos sin condicionar o sobreexponer la cartera de un cliente. En el transporte de carga, una adecuada gestión de riesgo permitirá mayor tranquilidad de nuestros colaboradores, más eficiencia, transparencia y seguridad en nuestro día a día que terminará transformándose en una empresa más sólida.
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