Para una mayor comprensión del comercio mundial en la actualidad es necesario profundizar en el concepto de cadenas globales de valor (Supply Chain), ya que todo apunta a que la integración de estas cadenas genera más productividad y competitividad en un país o en una región.
Las cadenas globales de valor son útiles para la conformación total de un bien o un producto terminado. Por ejemplo, para ensamblar un automóvil, un avión o un televisor los bienes e insumos intermedios llegan a cruzar las líneas fronterizas alrededor de siete u ocho veces hasta lograr el producto final.
La integración de nuevas cadenas globales de valor nos permite ver al comercio internacional desde una perspectiva más amplia y no únicamente desde el punto de vista mercantilista de un juego “suma cero” en el que exportar genera ganancias (superávit), e importar genera pérdidas (déficit) dicha aproximación es simplista.
Por el contrario, en medida en que logremos una integración más sólida de nuestras cadenas globales de valor, habrá posibilidades reales de generar desarrollo económico y riqueza nacional.
Cabe mencionar que el comercio efectuado durante el primer cuatrimestre del año 2019 entre México y los Estados Unidos registró el valor más alto en las operaciones de comercio exterior en la historia de la relación bilateral, (203 mil 180 millones de dólares), superando así a China.
En términos de logística, la cercanía de México con el mercado estadounidense nos da una plataforma de exportación privilegiada (alrededor del 73% de nuestras exportaciones tiene como destino los EEUU) a una de las economías más poderosa de la actualidad y, además, nos permite integrar las cadenas de producción, mismas que comienzan desde Canadá, pasan por los Estados Unidos y finalizan en los clústeres industriales de Monterrey, Saltillo o Puebla para su ensamble final (caso automotriz).
Otra ventaja estratégica de Norteamérica para su cadena de suministro y que vale la pena señalar es el aspecto demográfico que se complementa muy bien entre los tres países de la región, en otras palabras, el capital humano y bono joven de México (media de edad aproximada a los 27 años) otorga una gran fuerza laboral a nuestros vecinos del norte y crea una mayor competitividad ante el mundo.
El concepto de las cadenas globales de valor no es exclusivo de Norteamérica y la experiencia internacional nos entrega otros casos muy valiosos de diversificación en la base industrial, tal es el caso de Japón con su producción manufacturera deslizada hacia Taiwán y hacia otros países asiáticos, o bien, el caso de Alemania, que ha logrado consolidar su comercio y producción intra-regional con Francia.
Retos del Comercio Internacional
Los retos del comercio internacional descansan en gran medida en la integración de mejores cadenas logísticas. A decir verdad, las áreas de oportunidad son diversas y existen propuestas muy puntuales para México.
Respecto a la transportación de mercancías es recomendable considerar al transporte marítimo como una opción viable para la exportación y fomentar el uso de los puertos tanto de altura como de cabotaje.
El Golfo de México es un claro ejemplo de las oportunidades para la logística, vale la pena mencionar el proyecto de las “carreteras del mar” que implica una navegación de tipo cabotaje para conectar los puertos mexicanos con los puertos de la costa este de Norteamérica, tales como las conexiones de Tuxpan–Florida, Progreso–Houston y Coatzacoalcos–Mobile en Alabama mediante el Ferrobuque.
Asimismo, el proyecto del Nuevo Puerto de Veracruz pretende consolidar a esta entidad como uno de los puertos Hub más importantes de América Latina y tener un mayor alcance en la recepción y distribución de mercancías.
En conclusión, las cadenas globales de valor son ya uno de los pilares del comercio internacional. Es importante diversificar nuestras exportaciones y, de igual forma, diversificar nuestra logística a través de distintos medios de transporte, razón por la cual debemos de voltear hacia nuestros puertos marítimos y verlos como opciones viables para consolidar a México en su estatus de plataforma logística mundial de alto valor agregado.
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