– Los objetivos se deben de lograr a cualquier precio
– El tiempo para el logro de los objetivos es muy corto
– Se deben lograr los objetivos con la menor inversión de recursos
Estas premisas tienen que ver directamente con el qué, cuándo y cómo al implementar una estrategia dentro de una empresa. Sabes qué es lo que requiere la empresa, que lo necesita cuanto antes y que no tienes acceso a mayores recursos porque no tienes tiempo ni argumentos para acceder a ellos.
“Piensa fuera de la caja”, me dijo un día un gran maestro. “Piensa en lo que sí tienes, estructúralo de tal forma que pueda darte las ideas necesarias de las acciones a implementar. ¿Qué es lo que independientemente de la infraestructura tecnológica o logística siempre tienes en una empresa?” La respuesta es “información”.
Toda empresa está compuesta por procesos, ciclos que son generadores de información sobre lo que se realiza de forma correcta o incorrecta. Esta información contiene datos sobre tiempos, entidades, parámetros, etc. Pues bien me dijo, obtén la información, accesa al conocimiento de quienes la generan y estructúrala. En función de la estructura podrás obtener grandes beneficios.
Una estructura básica para el análisis de información tiene que ver con la respuesta a las tres preguntas anteriores:
– ¿Qué es lo que pretendo obtener con esta información? ¿Cuál es el objetivo?
– ¿Cuándo fue generada? ¿Qué periodos de tiempo contempla?
– ¿Cómo fue generada? ¿Por quién?
Ejemplo: ¿Quieres evaluar un sobre inventario en tus centros de distribución? ¿Quieres conocer cuáles son las causas de tu sobreinventario? Entonces estructura tu información de tal forma que puedas identificar aquellas acciones que afectan tu inventario al nivel más pequeño, tus ítems. Ponle un nombre de responsable a cada acción identificada que interviene en el incremento o decremento de este parámetro y mídela, compárala contra el objetivo que deseas o debes de tener al mismo nivel (ítem).
Cuando identifiques una desviación en dicha medición, podrás encontrar el origen del problema y sabrás como resolverlo. En este ejemplo, la falla más frecuente cuando no tienes información estructurada es implementar una estrategia de días de inventario objetivo global para la compañía, sin tomar en cuenta el comportamiento del ciclo de cada ítem, ni lo que cada uno representa para tu empresa, lo que de forma automática lleva nuevamente a más sobreinventario o desabasto y al inicio de nuevas estrategias para tratar de solucionar el mismo problema y a continuar en el mismo ciclo vicioso.
La información es tan poderosa cuando se estructura de tal forma que cumple con los requisitos para la toma de decisiones que, después de eso, la implementación de aplicaciones tecnológicas para el desarrollo de modelos trae básicamente el beneficio de la velocidad de procesamiento. Sin embargo, cabe recalcar que puedes tener información muy rápidamente que no te llevará a nada si no tienes una identificación clara del origen de tu información. De ahí nace la premisa “si conoces los parámetros que afectan la disponibilidad de tus productos, podrás optimizar tu cadena de suministro”.
La inteligencia de negocios (business intelligence, BI) finalmente consiste en una metodología para la obtención, depuración y análisis de información de sus procesos de negocio. Mi recomendación es: exploten esta metodología de forma holística, incorporen a sus áreas de tecnología de la información personal con una visión periférica sobre el mercado en el que operan y con personal con la suficiente imaginación para poder identificar las áreas de oportunidad que la misma información presenta con respecto al comportamiento futuro del mismo mercado.