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Este prácticamente fue el mensaje que les dio a los empresarios de la distribución de combustibles y las estaciones de servicio la comisionada de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), Leticia Campos Aragón, al participar ayer como conferencista en el marco de la Onexpo Convención y Expo, que organizó en Acapulco la unión de asociaciones de gasolineros más fuerte del país.
La comisionada, a quien se le reconoce por ser en ese órgano colegiado la que ha impulsado la polémica y el debate en el pleno, vino, vio y no convenció, al traer un discurso más a justificar la pobre productividad del organismo ante el rezago de autorizaciones de apertura de nuevas estaciones de servicio en el país, que a prometer destrabar los cuellos de botella que han llevado a la desesperación a muchos inversionistas, quienes han apostado sus capitales en nuevas gasolineras y no obstante estar terminadas, no han iniciado operaciones por la falta de autorización de la CRE.
En su alocución, el discurso fue similar a ya saben quién, pues responsabilizó en general a los empresarios gasolineros y sus consultores “a quienes les pagan una millonada”, por llenar erróneamente los formatos de la CRE para gestionar las autorizaciones. A decir de ella, los fallos van desde la falta del código postal, el nombre de la colonia, la capacidad instalada de la estación o el nombre de los accionistas. Si el auditorio hubiera sido plaza de toros, le habrían llovido los cojines y la silbatina. Y es que la funcionaria se dedicó a hablar y darle importancia a las excepciones, y no atender a lo que pasa con los permisos de los grupos grandes con despachos profesionales, que también ven atorados sus trámites y no hay ningún reporte del estatus de cada trámite para reaccionar en consecuencia.
Y así como dijo una cosa, dijo otra. Mientras señalaba que ahora se están revisando con lupa las autorizaciones y que no autorizan una estación de servicio donde prácticamente no hay un mercado, porque esta puede servir para el lavado de dinero de grupos criminales, también pidió a los empresarios salir de la zona de alta densidad de estaciones en el centro del país, e ir a mercados como Oaxaca, donde el 79.4% de los municipios no tienen una gasolinera. ¡Vaya señora contradicción!
Huachicol fiscal, imparable
En Radio Pasillo, en el marco de la Onexpo Convención y Expo, las quejas que más destacaron por parte de los empresarios de la distribución y el expendio de gasolinas y diésel, fue el crecimiento exponencial que ha tenido el huachicol fiscal en el último año y que les compite ilegalmente a sus negocios.
Los mayoristas han visto cómo ha bajado la demanda por parte de algunas cadenas de gasolineras contra los números que antaño les surtían. Y aún hay más. A ellos también les ha crecido el número de oferentes de combustibles con precios por debajo de lo que, en congruencia con el mercado, deberían de estar ofreciendo de ser producto lícito.
A la hora de verificar la trazabilidad del combustible, resulta que del segundo al tercer eslabón el hidrocarburo baja de precio, acusan; o bien, con documentos de un cargamento de importación legal intentan justificar la legalidad de cantidades superiores al embarque original.
A la par de ese desaseo. La autoridad también ha recrudecido la supervisión sobre los oferentes regulares con las nuevas normas de verificación volumétricas, las cuales sólo están cumpliendo el 17% de los distribuidores y estaciones de servicio. Pero el mercado ilícito sigue en expansión impunemente ante los ojos de las autoridades que dicen combatirlo.
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