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El jueves pasado quedó claro que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no entiende qué significa la degradación de nuestra aviación a la Categoría 2 en materia de seguridad por parte de las autoridades de aviación de los Estados Unidos, la Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés), o si lo entiende, pues se le cruzaron los aviones.
En su tradicional reunión mañanera con medios de comunicación, cuestionó: “(…) ¿quiénes son los jueces de otro país? ¿Con qué autoridad califica la actitud, el funcionamiento de otro gobierno, de otro país? Pero está bien, ya así están las cosas.
“Lo segundo es, ¿cómo nos quitan la Categoría 1 si cuando el narcotráfico controlaba al aeropuerto [Internacional de la Ciudad de México] tenía Categoría 1? ¿Qué pasaba cuando aplicaban el operativo ‘20-45’ [para tráfico de drogas] y entonces había Categoría 1? Entonces, la agencia que califica, ¿dónde estaba? ¿Qué hacía? Pero bueno, como dice la canción, lo que pasó, pasó, y ahora vamos a buscar que regrese la categoría”, dijo previamente a su reunión con el secretario de Transporte estadounidense, Pete Buttigieg, quien estuvo de visita en México, y a quien anticipaba el presidente, le hablaría del tema y le daría su razonamiento sobre dicha política.
Si así textualmente lo hizo en esa reunión, dirían los chavos, “¡qué oso!”. Tal parece que nadie en su gobierno asesora al presidente y le evita pasar este tipo de bochornos. Las autoridades estadounidenses no realizan esas medidas extraterritorialmente, sino como medida de prevención y protección de su seguridad y la aeronavegabilidad dentro de su territorio. Si la autoridad de un país que tiene vuelos con los Estados Unidos relaja su supervisión en materia de seguridad sobre las aerolíneas nacionales que operan vuelos hacia ese país, es obvio que eventualmente existe un riesgo para su seguridad nacional. Eso es lo que se está descalificando por parte del gobierno de Washington y no si a través del equipaje se siguen introduciendo drogas a nuestro país y las otras ideas que tiene el presidente.
A otra cosa mariposa
Siguen creciendo las voces de que Femsa está buscando desinvertir en el sector logístico, pero nomás no hay quién le haga hasta el momento una oferta interesante para lo que es su empresa Solistica donde aglutina sus intereses dentro del sector de logística.
Después de varios años de expansión tanto a nivel nacional como internacional en mercados como Colombia y Brasil, entre otros, las tasas internas de retorno que ofrece el negocio logístico tal parece que no han convencido al grupo; además del grado de complejidad que entraña generar cada peso de utilidad, contra lo que significa su negocio estrella, la cadena de tiendas de conveniencia Oxxo, la cual sigue expandiéndose a gran velocidad no solo en nuestro país, sino allende nuestras fronteras.
Obviamente las razones detrás del móvil que llevaría a esta empresa regiomontana a salir de la logística en algún momento, como también lo está haciendo del negocio de la cerveza con la venta de sus acciones en Heineken, es seguir expandiendo su red de tiendas Oxxo la cual rebasó ya los 21 mil puntos de venta, además de seguir impulsando su incursión en el negocio financiero a través de su banca digital Spin, la cual suma 4.3 millones de usuarios y ha dado una verdadera tunda a su rival brasileña Nu.
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