Estamos hablando de los puntos finos sobre la nueva estructura que tendrá el sector energético (hidrocarburos, gas y electricidad), y con ello la reconversión de las empresas paraestatales Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad, de entes monopólicos a entidades propiedad del Estado pero con un enfoque hacia la competencia con organismos privados en sus mercados.
Una verdadera evolución de un sector tan estratégico para el desarrollo económico de los países, que en México se había quedado con una estructura de empresas estatales que ya casi nadie tiene con excepción de Corea del Norte y nosotros.
Las nuevas condiciones permitirán que nuevas inversiones privadas vengan a participar en la exploración, producción y explotación de petróleo y gas, así como también en su transporte y distribución. En el caso de la electricidad, también fluirán inversiones a la producción, transporte y distribución, generando un mercado eléctrico abierto donde competirán todos los actores y los más eficientes llevarán mano a la hora de abastecer.
En términos económicos esta es la gran reforma que el país estaba esperando. La que puede acelerar la tasa de crecimiento de nuestra economía, no sólo por las nuevas inversiones que atraerá a un sector que se re estrenará con participación privada, sino por los efectos colaterales que tendrá para el resto de las actividades industriales el acceder a precios más competitivos de energía.
México podrá sumar una ventaja adicional en su competitividad. Tener mayores recursos energéticos a mejores precios, principalmente en lo que respecta a electricidad y gas.
Estas no son más que buenas noticias para el sector del transporte y la logística, pues a mayor actividad económica, mayor movimiento de mercancías y productos para responder a ese crecimiento. Industrias como la automotriz, en anticipación a esto y otras positivas variables que se tienen, han llevado a que nuestro país ya sea un mayor productor de autos que Brasil por ejemplo.
Igual nos puede ocurrir en otros sectores, para lo cual hay que prepararse. El “Mexican Moment” no está perdido.
P.D.
El gobierno de Baja California encabezado por Francisco Vega, está trabajando para mejorar la conectividad del estado a través de la frontera con el vecino país. La idea es hacer más ágil el cruce y reducir los tiempo promedio que en ciudades como Tijuana, la espera llega a ser de tres horas. Se está trabajando en conocer las herramientas tecnológicas al alcance que puedan coadyuvar a tener cruces más eficientes.
Sígueme en Twitter: @CruzOsiel
Estamos hablando de los puntos finos sobre la nueva estructura que tendrá el sector energético (hidrocarburos, gas y electricidad), y con ello la reconversión de las empresas paraestatales Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad, de entes monopólicos a entidades propiedad del Estado pero con un enfoque hacia la competencia con organismos privados en sus mercados.
Una verdadera evolución de un sector tan estratégico para el desarrollo económico de los países, que en México se había quedado con una estructura de empresas estatales que ya casi nadie tiene con excepción de Corea del Norte y nosotros.
Las nuevas condiciones permitirán que nuevas inversiones privadas vengan a participar en la exploración, producción y explotación de petróleo y gas, así como también en su transporte y distribución. En el caso de la electricidad, también fluirán inversiones a la producción, transporte y distribución, generando un mercado eléctrico abierto donde competirán todos los actores y los más eficientes llevarán mano a la hora de abastecer.
En términos económicos esta es la gran reforma que el país estaba esperando. La que puede acelerar la tasa de crecimiento de nuestra economía, no sólo por las nuevas inversiones que atraerá a un sector que se re estrenará con participación privada, sino por los efectos colaterales que tendrá para el resto de las actividades industriales el acceder a precios más competitivos de energía.
México podrá sumar una ventaja adicional en su competitividad. Tener mayores recursos energéticos a mejores precios, principalmente en lo que respecta a electricidad y gas.
Estas no son más que buenas noticias para el sector del transporte y la logística, pues a mayor actividad económica, mayor movimiento de mercancías y productos para responder a ese crecimiento. Industrias como la automotriz, en anticipación a esto y otras positivas variables que se tienen, han llevado a que nuestro país ya sea un mayor productor de autos que Brasil por ejemplo.
Igual nos puede ocurrir en otros sectores, para lo cual hay que prepararse. El “Mexican Moment” no está perdido.
P.D.
El gobierno de Baja California encabezado por Francisco Vega, está trabajando para mejorar la conectividad del estado a través de la frontera con el vecino país. La idea es hacer más ágil el cruce y reducir los tiempo promedio que en ciudades como Tijuana, la espera llega a ser de tres horas. Se está trabajando en conocer las herramientas tecnológicas al alcance que puedan coadyuvar a tener cruces más eficientes.
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Estamos hablando de los puntos finos sobre la nueva estructura que tendrá el sector energético (hidrocarburos, gas y electricidad), y con ello la reconversión de las empresas paraestatales Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad, de entes monopólicos a entidades propiedad del Estado pero con un enfoque hacia la competencia con organismos privados en sus mercados.
Una verdadera evolución de un sector tan estratégico para el desarrollo económico de los países, que en México se había quedado con una estructura de empresas estatales que ya casi nadie tiene con excepción de Corea del Norte y nosotros.
Las nuevas condiciones permitirán que nuevas inversiones privadas vengan a participar en la exploración, producción y explotación de petróleo y gas, así como también en su transporte y distribución. En el caso de la electricidad, también fluirán inversiones a la producción, transporte y distribución, generando un mercado eléctrico abierto donde competirán todos los actores y los más eficientes llevarán mano a la hora de abastecer.
En términos económicos esta es la gran reforma que el país estaba esperando. La que puede acelerar la tasa de crecimiento de nuestra economía, no sólo por las nuevas inversiones que atraerá a un sector que se re estrenará con participación privada, sino por los efectos colaterales que tendrá para el resto de las actividades industriales el acceder a precios más competitivos de energía.
México podrá sumar una ventaja adicional en su competitividad. Tener mayores recursos energéticos a mejores precios, principalmente en lo que respecta a electricidad y gas.
Estas no son más que buenas noticias para el sector del transporte y la logística, pues a mayor actividad económica, mayor movimiento de mercancías y productos para responder a ese crecimiento. Industrias como la automotriz, en anticipación a esto y otras positivas variables que se tienen, han llevado a que nuestro país ya sea un mayor productor de autos que Brasil por ejemplo.
Igual nos puede ocurrir en otros sectores, para lo cual hay que prepararse. El “Mexican Moment” no está perdido.
P.D.
El gobierno de Baja California encabezado por Francisco Vega, está trabajando para mejorar la conectividad del estado a través de la frontera con el vecino país. La idea es hacer más ágil el cruce y reducir los tiempo promedio que en ciudades como Tijuana, la espera llega a ser de tres horas. Se está trabajando en conocer las herramientas tecnológicas al alcance que puedan coadyuvar a tener cruces más eficientes.
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Estamos hablando de los puntos finos sobre la nueva estructura que tendrá el sector energético (hidrocarburos, gas y electricidad), y con ello la reconversión de las empresas paraestatales Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad, de entes monopólicos a entidades propiedad del Estado pero con un enfoque hacia la competencia con organismos privados en sus mercados.
Una verdadera evolución de un sector tan estratégico para el desarrollo económico de los países, que en México se había quedado con una estructura de empresas estatales que ya casi nadie tiene con excepción de Corea del Norte y nosotros.
Las nuevas condiciones permitirán que nuevas inversiones privadas vengan a participar en la exploración, producción y explotación de petróleo y gas, así como también en su transporte y distribución. En el caso de la electricidad, también fluirán inversiones a la producción, transporte y distribución, generando un mercado eléctrico abierto donde competirán todos los actores y los más eficientes llevarán mano a la hora de abastecer.
En términos económicos esta es la gran reforma que el país estaba esperando. La que puede acelerar la tasa de crecimiento de nuestra economía, no sólo por las nuevas inversiones que atraerá a un sector que se re estrenará con participación privada, sino por los efectos colaterales que tendrá para el resto de las actividades industriales el acceder a precios más competitivos de energía.
México podrá sumar una ventaja adicional en su competitividad. Tener mayores recursos energéticos a mejores precios, principalmente en lo que respecta a electricidad y gas.
Estas no son más que buenas noticias para el sector del transporte y la logística, pues a mayor actividad económica, mayor movimiento de mercancías y productos para responder a ese crecimiento. Industrias como la automotriz, en anticipación a esto y otras positivas variables que se tienen, han llevado a que nuestro país ya sea un mayor productor de autos que Brasil por ejemplo.
Igual nos puede ocurrir en otros sectores, para lo cual hay que prepararse. El “Mexican Moment” no está perdido.
P.D.
El gobierno de Baja California encabezado por Francisco Vega, está trabajando para mejorar la conectividad del estado a través de la frontera con el vecino país. La idea es hacer más ágil el cruce y reducir los tiempo promedio que en ciudades como Tijuana, la espera llega a ser de tres horas. Se está trabajando en conocer las herramientas tecnológicas al alcance que puedan coadyuvar a tener cruces más eficientes.
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Estamos hablando de los puntos finos sobre la nueva estructura que tendrá el sector energético (hidrocarburos, gas y electricidad), y con ello la reconversión de las empresas paraestatales Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad, de entes monopólicos a entidades propiedad del Estado pero con un enfoque hacia la competencia con organismos privados en sus mercados.
Una verdadera evolución de un sector tan estratégico para el desarrollo económico de los países, que en México se había quedado con una estructura de empresas estatales que ya casi nadie tiene con excepción de Corea del Norte y nosotros.
Las nuevas condiciones permitirán que nuevas inversiones privadas vengan a participar en la exploración, producción y explotación de petróleo y gas, así como también en su transporte y distribución. En el caso de la electricidad, también fluirán inversiones a la producción, transporte y distribución, generando un mercado eléctrico abierto donde competirán todos los actores y los más eficientes llevarán mano a la hora de abastecer.
En términos económicos esta es la gran reforma que el país estaba esperando. La que puede acelerar la tasa de crecimiento de nuestra economía, no sólo por las nuevas inversiones que atraerá a un sector que se re estrenará con participación privada, sino por los efectos colaterales que tendrá para el resto de las actividades industriales el acceder a precios más competitivos de energía.
México podrá sumar una ventaja adicional en su competitividad. Tener mayores recursos energéticos a mejores precios, principalmente en lo que respecta a electricidad y gas.
Estas no son más que buenas noticias para el sector del transporte y la logística, pues a mayor actividad económica, mayor movimiento de mercancías y productos para responder a ese crecimiento. Industrias como la automotriz, en anticipación a esto y otras positivas variables que se tienen, han llevado a que nuestro país ya sea un mayor productor de autos que Brasil por ejemplo.
Igual nos puede ocurrir en otros sectores, para lo cual hay que prepararse. El “Mexican Moment” no está perdido.
P.D.
El gobierno de Baja California encabezado por Francisco Vega, está trabajando para mejorar la conectividad del estado a través de la frontera con el vecino país. La idea es hacer más ágil el cruce y reducir los tiempo promedio que en ciudades como Tijuana, la espera llega a ser de tres horas. Se está trabajando en conocer las herramientas tecnológicas al alcance que puedan coadyuvar a tener cruces más eficientes.
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Estamos hablando de los puntos finos sobre la nueva estructura que tendrá el sector energético (hidrocarburos, gas y electricidad), y con ello la reconversión de las empresas paraestatales Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad, de entes monopólicos a entidades propiedad del Estado pero con un enfoque hacia la competencia con organismos privados en sus mercados.
Una verdadera evolución de un sector tan estratégico para el desarrollo económico de los países, que en México se había quedado con una estructura de empresas estatales que ya casi nadie tiene con excepción de Corea del Norte y nosotros.
Las nuevas condiciones permitirán que nuevas inversiones privadas vengan a participar en la exploración, producción y explotación de petróleo y gas, así como también en su transporte y distribución. En el caso de la electricidad, también fluirán inversiones a la producción, transporte y distribución, generando un mercado eléctrico abierto donde competirán todos los actores y los más eficientes llevarán mano a la hora de abastecer.
En términos económicos esta es la gran reforma que el país estaba esperando. La que puede acelerar la tasa de crecimiento de nuestra economía, no sólo por las nuevas inversiones que atraerá a un sector que se re estrenará con participación privada, sino por los efectos colaterales que tendrá para el resto de las actividades industriales el acceder a precios más competitivos de energía.
México podrá sumar una ventaja adicional en su competitividad. Tener mayores recursos energéticos a mejores precios, principalmente en lo que respecta a electricidad y gas.
Estas no son más que buenas noticias para el sector del transporte y la logística, pues a mayor actividad económica, mayor movimiento de mercancías y productos para responder a ese crecimiento. Industrias como la automotriz, en anticipación a esto y otras positivas variables que se tienen, han llevado a que nuestro país ya sea un mayor productor de autos que Brasil por ejemplo.
Igual nos puede ocurrir en otros sectores, para lo cual hay que prepararse. El “Mexican Moment” no está perdido.
P.D.
El gobierno de Baja California encabezado por Francisco Vega, está trabajando para mejorar la conectividad del estado a través de la frontera con el vecino país. La idea es hacer más ágil el cruce y reducir los tiempo promedio que en ciudades como Tijuana, la espera llega a ser de tres horas. Se está trabajando en conocer las herramientas tecnológicas al alcance que puedan coadyuvar a tener cruces más eficientes.
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Estamos hablando de los puntos finos sobre la nueva estructura que tendrá el sector energético (hidrocarburos, gas y electricidad), y con ello la reconversión de las empresas paraestatales Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad, de entes monopólicos a entidades propiedad del Estado pero con un enfoque hacia la competencia con organismos privados en sus mercados.
Una verdadera evolución de un sector tan estratégico para el desarrollo económico de los países, que en México se había quedado con una estructura de empresas estatales que ya casi nadie tiene con excepción de Corea del Norte y nosotros.
Las nuevas condiciones permitirán que nuevas inversiones privadas vengan a participar en la exploración, producción y explotación de petróleo y gas, así como también en su transporte y distribución. En el caso de la electricidad, también fluirán inversiones a la producción, transporte y distribución, generando un mercado eléctrico abierto donde competirán todos los actores y los más eficientes llevarán mano a la hora de abastecer.
En términos económicos esta es la gran reforma que el país estaba esperando. La que puede acelerar la tasa de crecimiento de nuestra economía, no sólo por las nuevas inversiones que atraerá a un sector que se re estrenará con participación privada, sino por los efectos colaterales que tendrá para el resto de las actividades industriales el acceder a precios más competitivos de energía.
México podrá sumar una ventaja adicional en su competitividad. Tener mayores recursos energéticos a mejores precios, principalmente en lo que respecta a electricidad y gas.
Estas no son más que buenas noticias para el sector del transporte y la logística, pues a mayor actividad económica, mayor movimiento de mercancías y productos para responder a ese crecimiento. Industrias como la automotriz, en anticipación a esto y otras positivas variables que se tienen, han llevado a que nuestro país ya sea un mayor productor de autos que Brasil por ejemplo.
Igual nos puede ocurrir en otros sectores, para lo cual hay que prepararse. El “Mexican Moment” no está perdido.
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El gobierno de Baja California encabezado por Francisco Vega, está trabajando para mejorar la conectividad del estado a través de la frontera con el vecino país. La idea es hacer más ágil el cruce y reducir los tiempo promedio que en ciudades como Tijuana, la espera llega a ser de tres horas. Se está trabajando en conocer las herramientas tecnológicas al alcance que puedan coadyuvar a tener cruces más eficientes.
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Estamos hablando de los puntos finos sobre la nueva estructura que tendrá el sector energético (hidrocarburos, gas y electricidad), y con ello la reconversión de las empresas paraestatales Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad, de entes monopólicos a entidades propiedad del Estado pero con un enfoque hacia la competencia con organismos privados en sus mercados.
Una verdadera evolución de un sector tan estratégico para el desarrollo económico de los países, que en México se había quedado con una estructura de empresas estatales que ya casi nadie tiene con excepción de Corea del Norte y nosotros.
Las nuevas condiciones permitirán que nuevas inversiones privadas vengan a participar en la exploración, producción y explotación de petróleo y gas, así como también en su transporte y distribución. En el caso de la electricidad, también fluirán inversiones a la producción, transporte y distribución, generando un mercado eléctrico abierto donde competirán todos los actores y los más eficientes llevarán mano a la hora de abastecer.
En términos económicos esta es la gran reforma que el país estaba esperando. La que puede acelerar la tasa de crecimiento de nuestra economía, no sólo por las nuevas inversiones que atraerá a un sector que se re estrenará con participación privada, sino por los efectos colaterales que tendrá para el resto de las actividades industriales el acceder a precios más competitivos de energía.
México podrá sumar una ventaja adicional en su competitividad. Tener mayores recursos energéticos a mejores precios, principalmente en lo que respecta a electricidad y gas.
Estas no son más que buenas noticias para el sector del transporte y la logística, pues a mayor actividad económica, mayor movimiento de mercancías y productos para responder a ese crecimiento. Industrias como la automotriz, en anticipación a esto y otras positivas variables que se tienen, han llevado a que nuestro país ya sea un mayor productor de autos que Brasil por ejemplo.
Igual nos puede ocurrir en otros sectores, para lo cual hay que prepararse. El “Mexican Moment” no está perdido.
P.D.
El gobierno de Baja California encabezado por Francisco Vega, está trabajando para mejorar la conectividad del estado a través de la frontera con el vecino país. La idea es hacer más ágil el cruce y reducir los tiempo promedio que en ciudades como Tijuana, la espera llega a ser de tres horas. Se está trabajando en conocer las herramientas tecnológicas al alcance que puedan coadyuvar a tener cruces más eficientes.
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