Durante tres años los industriales azucareros de ambos países mantuvieron una disputa por el costo del azúcar y los respectivos aranceles que, a su parecer, debían tener, hasta que finalmente se llegó a un acuerdo en Washington entre el Secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, y el Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.
Dicho acuerdo establece que México acepta reducir a un 30% las exportaciones de azúcar refinada a Estados Unidos. En el esquema anterior, México podía enviar a Estados Unidos hasta el 53% de su cupo de producto refinado, el de mayor precio, mientras el 43% restante era azúcar cruda.
El gobierno de Trump aseguró que lograron que México aceptara casi todas las demandas de Estados Unidos, con las que se busca impedir prácticas de dumping, incluyendo reducir la calidad de las exportaciones mexicanas al pasar de 99.5 a 99.2% de polaridad o grado de pureza de refinación.
Las refinerías de azúcar estadounidenses estuvieron presionando hasta las últimas horas en la negociación para que bajaran aún más las importaciones de azúcar refinada mexicana, e incluso no respaldaron el acuerdo final.
Dentro de los aspectos positivos para México es el aumento de precios. El precio de la azúcar cruda pasará de 22.25 centavos de dólar por libra, a 23 centavos, mientras que la de azúcar de refino pasará de 26 centavos por libra a 28 centavos.
En esta batalla México también tiene armas, pues puede imponer represalias a la importación de fructosa estadounidense, que es utilizada en la industria refresquera.
Esto sustentado en la autorización que dio la Organización Mundial del Comercio (OMC) a México para poder subir derechos a las importaciones de Estados Unidos por flujos de hasta 163.13 millones de dólares anuales por haber restringido en su momento las importaciones de atún mexicano.
En este conflicto, la industria azucarera mexicana acusó que se les quería obligar a mandar azúcar de muy baja calidad para que dos empresas refinadoras de Estados Unidos la refinaran y se quedaran con el mercado, en detrimento del TLCAN.
La medida sin duda reducirá parte del valor de los envíos de azúcar mexicano a Estados Unidos, además es un primer round de lo que será una compleja y difícil pelea en la renegociación del TLCAN.
Para quienes deseen conocer más sobre este y otros temas de comercio exterior pongo a su disposición amigo lector la página de internet TLC Asociados
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Email: arquitecturaaduanera@tlcasociados.com.mx
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Dicho acuerdo establece que México acepta reducir a un 30% las exportaciones de azúcar refinada a Estados Unidos. En el esquema anterior, México podía enviar a Estados Unidos hasta el 53% de su cupo de producto refinado, el de mayor precio, mientras el 43% restante era azúcar cruda.
El gobierno de Trump aseguró que lograron que México aceptara casi todas las demandas de Estados Unidos, con las que se busca impedir prácticas de dumping, incluyendo reducir la calidad de las exportaciones mexicanas al pasar de 99.5 a 99.2% de polaridad o grado de pureza de refinación.
Las refinerías de azúcar estadounidenses estuvieron presionando hasta las últimas horas en la negociación para que bajaran aún más las importaciones de azúcar refinada mexicana, e incluso no respaldaron el acuerdo final.
Dentro de los aspectos positivos para México es el aumento de precios. El precio de la azúcar cruda pasará de 22.25 centavos de dólar por libra, a 23 centavos, mientras que la de azúcar de refino pasará de 26 centavos por libra a 28 centavos.
En esta batalla México también tiene armas, pues puede imponer represalias a la importación de fructosa estadounidense, que es utilizada en la industria refresquera.
Esto sustentado en la autorización que dio la Organización Mundial del Comercio (OMC) a México para poder subir derechos a las importaciones de Estados Unidos por flujos de hasta 163.13 millones de dólares anuales por haber restringido en su momento las importaciones de atún mexicano.
En este conflicto, la industria azucarera mexicana acusó que se les quería obligar a mandar azúcar de muy baja calidad para que dos empresas refinadoras de Estados Unidos la refinaran y se quedaran con el mercado, en detrimento del TLCAN.
La medida sin duda reducirá parte del valor de los envíos de azúcar mexicano a Estados Unidos, además es un primer round de lo que será una compleja y difícil pelea en la renegociación del TLCAN.
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Dicho acuerdo establece que México acepta reducir a un 30% las exportaciones de azúcar refinada a Estados Unidos. En el esquema anterior, México podía enviar a Estados Unidos hasta el 53% de su cupo de producto refinado, el de mayor precio, mientras el 43% restante era azúcar cruda.
El gobierno de Trump aseguró que lograron que México aceptara casi todas las demandas de Estados Unidos, con las que se busca impedir prácticas de dumping, incluyendo reducir la calidad de las exportaciones mexicanas al pasar de 99.5 a 99.2% de polaridad o grado de pureza de refinación.
Las refinerías de azúcar estadounidenses estuvieron presionando hasta las últimas horas en la negociación para que bajaran aún más las importaciones de azúcar refinada mexicana, e incluso no respaldaron el acuerdo final.
Dentro de los aspectos positivos para México es el aumento de precios. El precio de la azúcar cruda pasará de 22.25 centavos de dólar por libra, a 23 centavos, mientras que la de azúcar de refino pasará de 26 centavos por libra a 28 centavos.
En esta batalla México también tiene armas, pues puede imponer represalias a la importación de fructosa estadounidense, que es utilizada en la industria refresquera.
Esto sustentado en la autorización que dio la Organización Mundial del Comercio (OMC) a México para poder subir derechos a las importaciones de Estados Unidos por flujos de hasta 163.13 millones de dólares anuales por haber restringido en su momento las importaciones de atún mexicano.
En este conflicto, la industria azucarera mexicana acusó que se les quería obligar a mandar azúcar de muy baja calidad para que dos empresas refinadoras de Estados Unidos la refinaran y se quedaran con el mercado, en detrimento del TLCAN.
La medida sin duda reducirá parte del valor de los envíos de azúcar mexicano a Estados Unidos, además es un primer round de lo que será una compleja y difícil pelea en la renegociación del TLCAN.
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Dicho acuerdo establece que México acepta reducir a un 30% las exportaciones de azúcar refinada a Estados Unidos. En el esquema anterior, México podía enviar a Estados Unidos hasta el 53% de su cupo de producto refinado, el de mayor precio, mientras el 43% restante era azúcar cruda.
El gobierno de Trump aseguró que lograron que México aceptara casi todas las demandas de Estados Unidos, con las que se busca impedir prácticas de dumping, incluyendo reducir la calidad de las exportaciones mexicanas al pasar de 99.5 a 99.2% de polaridad o grado de pureza de refinación.
Las refinerías de azúcar estadounidenses estuvieron presionando hasta las últimas horas en la negociación para que bajaran aún más las importaciones de azúcar refinada mexicana, e incluso no respaldaron el acuerdo final.
Dentro de los aspectos positivos para México es el aumento de precios. El precio de la azúcar cruda pasará de 22.25 centavos de dólar por libra, a 23 centavos, mientras que la de azúcar de refino pasará de 26 centavos por libra a 28 centavos.
En esta batalla México también tiene armas, pues puede imponer represalias a la importación de fructosa estadounidense, que es utilizada en la industria refresquera.
Esto sustentado en la autorización que dio la Organización Mundial del Comercio (OMC) a México para poder subir derechos a las importaciones de Estados Unidos por flujos de hasta 163.13 millones de dólares anuales por haber restringido en su momento las importaciones de atún mexicano.
En este conflicto, la industria azucarera mexicana acusó que se les quería obligar a mandar azúcar de muy baja calidad para que dos empresas refinadoras de Estados Unidos la refinaran y se quedaran con el mercado, en detrimento del TLCAN.
La medida sin duda reducirá parte del valor de los envíos de azúcar mexicano a Estados Unidos, además es un primer round de lo que será una compleja y difícil pelea en la renegociación del TLCAN.
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Dicho acuerdo establece que México acepta reducir a un 30% las exportaciones de azúcar refinada a Estados Unidos. En el esquema anterior, México podía enviar a Estados Unidos hasta el 53% de su cupo de producto refinado, el de mayor precio, mientras el 43% restante era azúcar cruda.
El gobierno de Trump aseguró que lograron que México aceptara casi todas las demandas de Estados Unidos, con las que se busca impedir prácticas de dumping, incluyendo reducir la calidad de las exportaciones mexicanas al pasar de 99.5 a 99.2% de polaridad o grado de pureza de refinación.
Las refinerías de azúcar estadounidenses estuvieron presionando hasta las últimas horas en la negociación para que bajaran aún más las importaciones de azúcar refinada mexicana, e incluso no respaldaron el acuerdo final.
Dentro de los aspectos positivos para México es el aumento de precios. El precio de la azúcar cruda pasará de 22.25 centavos de dólar por libra, a 23 centavos, mientras que la de azúcar de refino pasará de 26 centavos por libra a 28 centavos.
En esta batalla México también tiene armas, pues puede imponer represalias a la importación de fructosa estadounidense, que es utilizada en la industria refresquera.
Esto sustentado en la autorización que dio la Organización Mundial del Comercio (OMC) a México para poder subir derechos a las importaciones de Estados Unidos por flujos de hasta 163.13 millones de dólares anuales por haber restringido en su momento las importaciones de atún mexicano.
En este conflicto, la industria azucarera mexicana acusó que se les quería obligar a mandar azúcar de muy baja calidad para que dos empresas refinadoras de Estados Unidos la refinaran y se quedaran con el mercado, en detrimento del TLCAN.
La medida sin duda reducirá parte del valor de los envíos de azúcar mexicano a Estados Unidos, además es un primer round de lo que será una compleja y difícil pelea en la renegociación del TLCAN.
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Dicho acuerdo establece que México acepta reducir a un 30% las exportaciones de azúcar refinada a Estados Unidos. En el esquema anterior, México podía enviar a Estados Unidos hasta el 53% de su cupo de producto refinado, el de mayor precio, mientras el 43% restante era azúcar cruda.
El gobierno de Trump aseguró que lograron que México aceptara casi todas las demandas de Estados Unidos, con las que se busca impedir prácticas de dumping, incluyendo reducir la calidad de las exportaciones mexicanas al pasar de 99.5 a 99.2% de polaridad o grado de pureza de refinación.
Las refinerías de azúcar estadounidenses estuvieron presionando hasta las últimas horas en la negociación para que bajaran aún más las importaciones de azúcar refinada mexicana, e incluso no respaldaron el acuerdo final.
Dentro de los aspectos positivos para México es el aumento de precios. El precio de la azúcar cruda pasará de 22.25 centavos de dólar por libra, a 23 centavos, mientras que la de azúcar de refino pasará de 26 centavos por libra a 28 centavos.
En esta batalla México también tiene armas, pues puede imponer represalias a la importación de fructosa estadounidense, que es utilizada en la industria refresquera.
Esto sustentado en la autorización que dio la Organización Mundial del Comercio (OMC) a México para poder subir derechos a las importaciones de Estados Unidos por flujos de hasta 163.13 millones de dólares anuales por haber restringido en su momento las importaciones de atún mexicano.
En este conflicto, la industria azucarera mexicana acusó que se les quería obligar a mandar azúcar de muy baja calidad para que dos empresas refinadoras de Estados Unidos la refinaran y se quedaran con el mercado, en detrimento del TLCAN.
La medida sin duda reducirá parte del valor de los envíos de azúcar mexicano a Estados Unidos, además es un primer round de lo que será una compleja y difícil pelea en la renegociación del TLCAN.
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Dicho acuerdo establece que México acepta reducir a un 30% las exportaciones de azúcar refinada a Estados Unidos. En el esquema anterior, México podía enviar a Estados Unidos hasta el 53% de su cupo de producto refinado, el de mayor precio, mientras el 43% restante era azúcar cruda.
El gobierno de Trump aseguró que lograron que México aceptara casi todas las demandas de Estados Unidos, con las que se busca impedir prácticas de dumping, incluyendo reducir la calidad de las exportaciones mexicanas al pasar de 99.5 a 99.2% de polaridad o grado de pureza de refinación.
Las refinerías de azúcar estadounidenses estuvieron presionando hasta las últimas horas en la negociación para que bajaran aún más las importaciones de azúcar refinada mexicana, e incluso no respaldaron el acuerdo final.
Dentro de los aspectos positivos para México es el aumento de precios. El precio de la azúcar cruda pasará de 22.25 centavos de dólar por libra, a 23 centavos, mientras que la de azúcar de refino pasará de 26 centavos por libra a 28 centavos.
En esta batalla México también tiene armas, pues puede imponer represalias a la importación de fructosa estadounidense, que es utilizada en la industria refresquera.
Esto sustentado en la autorización que dio la Organización Mundial del Comercio (OMC) a México para poder subir derechos a las importaciones de Estados Unidos por flujos de hasta 163.13 millones de dólares anuales por haber restringido en su momento las importaciones de atún mexicano.
En este conflicto, la industria azucarera mexicana acusó que se les quería obligar a mandar azúcar de muy baja calidad para que dos empresas refinadoras de Estados Unidos la refinaran y se quedaran con el mercado, en detrimento del TLCAN.
La medida sin duda reducirá parte del valor de los envíos de azúcar mexicano a Estados Unidos, además es un primer round de lo que será una compleja y difícil pelea en la renegociación del TLCAN.
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Dicho acuerdo establece que México acepta reducir a un 30% las exportaciones de azúcar refinada a Estados Unidos. En el esquema anterior, México podía enviar a Estados Unidos hasta el 53% de su cupo de producto refinado, el de mayor precio, mientras el 43% restante era azúcar cruda.
El gobierno de Trump aseguró que lograron que México aceptara casi todas las demandas de Estados Unidos, con las que se busca impedir prácticas de dumping, incluyendo reducir la calidad de las exportaciones mexicanas al pasar de 99.5 a 99.2% de polaridad o grado de pureza de refinación.
Las refinerías de azúcar estadounidenses estuvieron presionando hasta las últimas horas en la negociación para que bajaran aún más las importaciones de azúcar refinada mexicana, e incluso no respaldaron el acuerdo final.
Dentro de los aspectos positivos para México es el aumento de precios. El precio de la azúcar cruda pasará de 22.25 centavos de dólar por libra, a 23 centavos, mientras que la de azúcar de refino pasará de 26 centavos por libra a 28 centavos.
En esta batalla México también tiene armas, pues puede imponer represalias a la importación de fructosa estadounidense, que es utilizada en la industria refresquera.
Esto sustentado en la autorización que dio la Organización Mundial del Comercio (OMC) a México para poder subir derechos a las importaciones de Estados Unidos por flujos de hasta 163.13 millones de dólares anuales por haber restringido en su momento las importaciones de atún mexicano.
En este conflicto, la industria azucarera mexicana acusó que se les quería obligar a mandar azúcar de muy baja calidad para que dos empresas refinadoras de Estados Unidos la refinaran y se quedaran con el mercado, en detrimento del TLCAN.
La medida sin duda reducirá parte del valor de los envíos de azúcar mexicano a Estados Unidos, además es un primer round de lo que será una compleja y difícil pelea en la renegociación del TLCAN.
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