Las demoras en la operación portuaria de Manzanillo han llevado a varias empresas a reconfigurar su estrategia logística, y no han dudado en pasar sus operaciones a Lázaro Cárdenas luego de ver los buenos resultados operativos que en promedio está dando el puerto michoacano a sus usuarios.
Hablamos de empresas y grandes marcas en el sector de los productos electrónicos, pero también de los envases y empaques, mismas que ya están cansadas de pagar el alto costo financiero que representan las demoras sin que sus mercancías lleguen en tiempo, y sobre todo no saber cuándo podrán despachar su contenedor en el puerto colimense. Es una relación amor-odio de muchos usuarios, algunos porque no pueden hacer nada para salir de su dependencia y terminan entrando en una especie de zona de confort donde todos los días, meses y años es igual o tantito peor, y ya se acostumbraron.
El tema, sin embargo, ya escaló a tal nivel que las compañías navieras asociadas convocaron a las autoridades y actores clave de la cadena, para alcanzar acuerdos y suscribir compromisos que permitan ordenar el caos interno que prevalece en ese puerto por la responsabilidad de todos. Así que, por el bien del puerto, de la ciudad, del estado y del país, lo mejor es que los acuerdos que se alcancen se traduzcan en acciones. Al puerto le urge más infraestructura en sus accesos viales y ya no hay muchos espacios a dónde hacerse, pero si no se moderniza en tecnologías, jamás saldrá del marasmo que tiene.
Macario y Leo no lo hicieron esta vez
Finalmente, no hubo segundo debate por parte de los conferencistas Macario Schettino y Leo Zuckermann con los legisladores de Morena Francisco Javier Borrego y Eli César Cervantes, en el marco del Foro Nacional del Transporte de Mercancías de la Asociación Nacional de Transporte Privado, realizado en Playa del Carmen. La gente se quedó esperando que se repitiera ese momento emocionante.
Primero, los ponentes esta vez anticiparon venir en son de paz y no a pelearse como hicieron un año antes con los representantes morenistas del Poder Legislativo, cuando estos no estuvieron de acuerdo con la relatoria del discurso polarizador que divide al país que expresaron los dos conferencistas. No sólo eso, subrayaron que ahora se promueve la unidad, y se ganaron la rechifla de los presentes.
Esta vez ya no hubo esa sazón que volvió memorable aquel evento. Lo que sí no varió mucho fueron los malos resultados que destacaron Schettino y Zuckermann de esta administración con sus macroproyectos. “El AIFA no ha servido para sustituir Texcoco, ni para desahogar al AICM”, “ninguno de los proyectos le agregará valor real a la economía y sí serán un gran despilfarro de dinero”.
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