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A ese primer esfuerzo siguieron otros instrumentos desde las Naciones Unidas como el Protocolo de Kyoto o el Acuerdo de París (184 países firmantes), los cuales dejan de lado el transporte marítimo, pero no por ello no se han impulsado acciones desde el organismo, pues desde 2014 la Organización Marítima Internacional (OMI) fijó postura ante las emisiones de este sector.
Según la OMI, el transporte marítimo es responsable de alrededor del 2.5% de las emisiones mundiales y se prevé que éstas aumenten entre 50% y 250% para 2050, aunque trabaja para reducir esas previsiones y determinó una fecha obligatoria para que los buques que navegan a nivel mundial sean más sustentables.
Las nuevas prescripciones para reducir las emisiones de óxidos de azufre entran en vigor próximamente. Esto supondrá una transformación radical en el combustible usado por los buques en todo el mundo que reducirá significativamente sus emisiones contaminantes, con grandes beneficios para la salud humana y el medio ambiente.
La OMI lleva tiempo preparándose para la fecha de implantación. A partir del 1 de enero de 2020, en virtud del Convenio MARPOL de la OMI para la prevención de la contaminación producida por los buques, el contenido de azufre del fueloil utilizado por los buques que operen fuera de las zonas de control de emisiones no puede superar el 0.50%, lo que representa una reducción del 80% del límite actual de 3.50 por ciento.
Esto está poniendo en jaque a la industria del transporte marítimo que ha tenido que invertir en depuradores en los barcos para hacerlos más sustentables, pero ello conllevaría un alza en el precio de los fletes de acuerdo con especialistas consultados…
Si deseas conoce más acerca de este reportaje, puedes descargar la edición digital del mes de julio de la Revista T21, disponible en este link.
También puedes conocer los últimos avances relacionados con esta nueva prescripción en este enlace, publicado por la OMI posterior al cierre de esta edición.
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