En este sentido, K Line reportó una pérdida en el segundo trimestre de 174.3 millones de dólares (mdd) en comparación con una ganancia de 75.9 mdd en el mismo periodo del año anterior.
Comentando sus resultados, K Line señaló que “debido a factores tales como un aumento en los precios del combustible y un aumento en los gastos adicionales en procesos de integración en el negocio de contenedores, los resultados financieros se deterioraron”.
Ligándolo con ONE, señaló que los resultados fueron más bajos de lo esperado debido a “un volumen de manejo inferior al esperado en la etapa inicial del arranque del servicio y un aumento en los precios del búnker”.
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Asimismo, NYK reportó una pérdida en el segundo trimestre de 41 mdd en comparación con una ganancia de 48.2 mdd en el mismo período del año anterior.
Al respecto, NYK señaló que “sintió las dificultades durante la puesta en marcha de ONE, ya que durante el período inmediatamente posterior al inicio del servicio, se produjeron problemas administrativos debido a la poca familiarización de los empleados con los sistemas y la preparación insuficiente de los procesos administrativos, pero desde entonces, varias mejoras se han implementado y las operaciones están volviendo a la normalidad”.
Por su parte, MOL reportó la menor pérdida durante abril, mayo y junio con 14.3 mdd, en contraste con una ganancia de 46.4 mdd en el mismo período de 2017.
“El rendimiento comercial de ONE fue inferior al pronosticado en el segundo trimestre, ya que el volumen la carga se situó por debajo de la proyección debido al desorden en la puesta en marcha de los servicios durante el período inicial. Además, los mayores precios del combustible impactaron negativamente en los costos operativos”, señaló la naviera.
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