La noticia se dio a conocer a finales de agosto pasado empleando nada menos que a la cadena de noticias norteamericana ABC con información de la también estadounidense CNN. ¡Solo faltaron la BBC, Al Jazeera y Reuters en la mezcla para hacer de ella todo un acontecimiento mundial!
Lo cierto es que la aerolínea estadounidense Delta extravió a “Maia” en su hub de Atlanta, Georgia, perrita propiedad de una adolescente dominicana, causando revuelo en la comunidad local que de inmediato se solidarizó con la afectada, que se afirma sufrió severa angustia por el evento. La canina fue finalmente localizada hasta el 10 de septiembre, escondida en las instalaciones de carga de ese aeropuerto.
Me enteré de la noticia visitando una prestigiada página de Internet en la que se tratan los temas más importantes de la aviación internacional.
¿En serio? ¡Por favor!
Y es que si bien comprendo lo profundo que puede llegar a ser el vínculo entre una mascota y sus dueños y el dolor que la posibilidad de que se pierda para siempre supone y más para un menor de edad, lo cierto es que de noticia aeronáutica de importancia la nota no tiene nada, por el contrario, se puede convertir en un distractor que evite que el público se entere de eventos relevantes que impactan en la seguridad, regularidad, sustentabilidad y sostenibilidad de las actividades aéreas, caso reciente concretamente en los Estados Unidos, de los problemas que su autoridad aeronáutica nacional, conocida por sus siglas FAA, sigue teniendo para garantizar que el espacio aéreo norteamericano cuente con suficientes controladores de tráfico aéreo o para certificar las versiones MAX 7 y 10 del Boeing 737.
Cotidianamente, mascotas y maletas se extravían en los aeropuertos en los que algunos pasajeros sufren demoras antes de abordar vuelos de los que en una de esas se baja del avión a algún pasajero rijoso. Pretender darle carácter noticioso a este tipo de eventos no me parece otra cosa que ofender la importancia del medio aéreo, abusando de la poca o mucha inteligencia del público.
Creo que es tiempo de que los medios de comunicación enfoquen su atención en los problemas estructurales que amenazan, como pocas veces en la historia, el sano desarrollo del aerotransporte al que ayudaría mucho el que el consumidor de contenidos noticiosos reciba materiales de calidad que reflejen por una parte la evolución de la industria y por otra los retos que enfrenta, comenzando por aquellos que inciden sobre todo en la seguridad y en los buenos resultados operativos. Lo anterior no solo aplica a lo aéreo; el tema noticioso debe ser abordado con la debida seriedad y profesionalismo en todo tipo de actividad. Apartar la atención de la opinión pública de lo importante con noticias como la que comento resulta sumamente irresponsable.
Es así que conmino a mis colegas periodistas y los administradores de plataformas de divulgación de noticias por medio del Internet a hacer un esfuerzo para que, por lo menos en aviación, no caigamos en situaciones como la que abordo en esta entrega, que en nada contribuyen a resolver los enormes problemas que la industria tiene que enfrentar a nivel global, tanto como invito a mis estimados lectores a desechar y lo más importante: a no viralizar contenidos que no tienen otro valor que llamar atención hacia asuntos sin mayor trascendencia, pero que desgraciadamente “venden”.
Saciamorbos
Y ahora sí que resultó una noticia importante la del pasado 14 de septiembre cuando finalmente se anunció de manera oficial que la Administración Federal de Aviación norteamericana, por sus siglas FAA, había decidido regresar a la gestión de la autoridad aeronáutica mexicana a la categoría 1 en materia de seguridad aérea. Si bien hay que reconocer el esfuerzo del titular de la Agencia Federal de Aviación Civil, por sus siglas AFAC, de su equipo y de la propia Secretaría Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, la coyuntura en materia de aviación civil en nuestro país se mantiene muy, pero muy complicada, debido a diversos factores que van desde la calidad de uno de los tres poderes que integran el Estado mexicano (el legislativo) en el que, por lo menos quien firma esta nota no logra identificar aquello que se requiere para comprender la realidad y por ende las necesidades del aerotransporte mexicano y así poder generar las leyes que requiere, hasta temas de administración pública, pasando por vicios de los propios operadores.
Toca ahora no bajar la guardia en materia de gestión de la seguridad operativa en los cielos mexicanos; la FAA no se puede dar el lujo de que la autoridad mexicana vuelva a estar en condiciones de ser degradada por lo que estoy seguro de que sus inspectores van a estar muy cerca de la AFAC, sonando las alarmas cuando noten alguna desviación.
En fin… así las noticias aeronáuticas del día.
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