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Las restricciones que se consideraron en el tema automotriz, por ejemplo, “son consecuencia del desempeño del sector manufacturero en los Estados Unidos en los últimos años y de las fuertes presiones políticas que esto ha provocado”, se lee en el reporte.
La calificadora mexicana pone en contexto que en los últimos 15 años las manufacturas mexicanas se han expandido en un 28%, lo que demuestra la importancia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) -en vigor desde 1994-, mientras que del lado de Estados Unidos este avance fue de apenas 9 por ciento.
Una explicación ante el incipiente avance del sector manufacturero de Estados Unidos se revela al considerar que las importaciones de bienes provenientes de China, entre otros factores, han afectado al valor agregado de la producción manufacturera, de acuerdo con HR Ratings.
Esta situación ha sido un elemento de suma importancia para la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su insistencia de impulsar el T-MEC.
“Lo que no está claro es si los cambios incorporados en el T-MEC serán suficientes para impulsar un nuevo periodo de crecimiento en la manufactura estadounidense, y si los mismos perjudicarán al sector en México”, dijo la calificadora.
Dos elementos positivos que considera HR Ratings es la eliminación de la posibilidad, aunque limitada, de una salida unilateral del tratado por parte de Estados Unidos, y, por otro lado, el que ahora existe un entorno estructuralmente más claro en donde las empresas pueden determinar sus estrategias de inversión.
Cabe resaltar, de acuerdo con la calificadora, que “la cuestión más relevante por evaluar en el largo plazo es el efecto neto de los dos cambios más importantes: 1) El incremento del contenido regional requerido en la industria automotriz, y 2) las medidas que tienen la intención de aumentar la participación estadounidense dentro del incremento del contenido regional”.
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Lo que se sabe hasta ahora es que, en términos de las reglas de origen, el T-MEC establece que para no estar sujeto a aranceles, el contenido regional en el valor agregado de los automóviles debe de ser de 75%, lo que refleja un incremento comparado con el 62.5% requerido actualmente.
Las nuevas reglas también requieren que para no ser sujeto a aranceles, entre el 40% y el 45% del valor final del producto debe de haber sido elaborado por trabajadores con un salario mínimo de 16 dólares la hora; “lo que genera una desventaja para México”.
HR Ratings mencionó en su análisis que hay que tomar en cuenta la posibilidad de que el incremento en el contenido regional requerido en el nuevo acuerdo puede resultar en un costo final mayor, de tal manera que las importaciones fuera de Norteamérica serían más competitivas, aun pagando el arancel. El requerimiento de un mayor contenido regional, aunado a una mano de obra más cara, puede reducir la competitividad de coches hechos en Norteamérica, derivando en un aumento de las importaciones.
“Por lo tanto, es difícil evaluar el efecto de largo plazo de las modificaciones hechas en el TLCAN e incorporadas en el T-MEC. Lo anterior podría tener un efecto marginalmente positivo para México, con un beneficio mayor para los Estados Unidos. También el resultado final podría ser negativo tanto para México como para los Estados Unidos”, dijo.
Mientras que en el Senado de Estados Unidos el T-MEC ha sido aprobado por distintas comisiones, se espera que pase al pleno a más tardar a finales de enero, en tanto que en Canadá la situación es distinta, ya que el parlamento de ese país regresa a sesiones el 29 de enero, además de ser un parlamento nuevo.
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